Una guinda venenosa

Madrid

El caso Rato parece ser la piedra que termina por descabalar todo un entramado, La piedra que atrae todas las miradas y que provoca un efecto catastrófico. Pero la verdad es que todavía más importante que el caso Rato es el caso de la financiación ilegal del Partido Popular y no deberíamos apartar la mirada de ahí, porque esa es la columna vertebral de cualquier lucha auténtica contra la corrupción política.

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Es verdad que el efecto desmoralizador que produce un vicepresidente de Economía y Hacienda que posee fuertes cantidades de dinero que no declara, que debe acogerse a una amnistía fiscal y que, para colmo, no parece capaz de explicar la exacta procedencia de ese capital, es un efecto desmoralizador apabullante. Desmoralizador para todos los ciudadanos, pero muy especialmente para los del Partido Popular, que difícilmente podrán reponerse de un golpe tan brutal a tiempo para las elecciones municipales y autonómicas.

Seguramente hay ya muchos dirigentes populares que están preguntándose qué habría que hacer en el caso de que el resultado electoral de mayo sea tan malo como anuncian las encuestas. Para el conjunto de los ciudadanos, sin embargo, lo que realmente debe concentrar nuestra atención es el caso Gürtel. No debemos permitir que pierda un ápice de relevancia, opacado por las peripecias del ministro ex milagro, porque es ahí donde está la posibilidad de desmontar el sistema entero, el entramado en el que Rato ha colocado la venenosa guinda.