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Economia y negocios | Actualidad

“Síndrome de la tomadura de pelo”

Jesús Soria da nombre a los intentos de muchos por aprovecharse de los consumidores y da ejemplos de ésta curiosa enfermedad

IStock

Madrid

Los consumidores estamos sujetos a cualquier enfermedad y además somos muy propensos a sufrir un mal nuevo: el “síndrome de la tomadura de pelo”. Dícese del conjunto de síntomas que caracteriza la enfermedad de sufrir continuos robos en nuestros bolsillos, engaños, fraudes, incluso informaciones falseadas, mensajes imprecisos y todo un sinfín de datos que nos hacen percibir algunas cosas de una manera que es real…

El último programa de Ser Consumidor y algunas otras noticias de estos días puede ser un buen ejemplo. El Gobierno anuncia a bombo y platillo una bajada de la tarifa de la luz del 2,2%. Leído el BOE, parece que la rebaja se queda sensiblemente mermada y que el ahorro estará, según algún experto como Jorge Morales de Labra, en unos 8 euros/años para buena parte de las familias. ¡Que no está mal!. Y lo peor, que se “olvidó” decir que la rebaja tiene fecha de caducidad pues la tarifa subirá, ¡otra vez!, el uno de Enero. Por ahí empiezan algunos de los males recogidos por la literatura médica sobre el “sindroma de la tomadura de pelo”…

Después están los pediatras, que permiten colocar en unas galletas diseñadas especialmente para los niños su sello de la Asociación Española de Pediatría en las cajas como “entidad colaboradora” para también que se diga textualmente que “trabajamos juntos para la alimentación infantil”. Si se refiere a que éste fabricante da ayudas económicas en causas absolutamente loables a través de la AEP, alguien podría decir, bueno… Pero cabría preguntarse cuántos padres desconocedores de eso, compran estas galletas creyendo que son la mejor opción para el desayuno de sus niños, (¡están respaldadas por los pediatras!) sin reparar en que tienen el mismo azúcar, incluso más, que otras muchas galletas del mercado, el 21%. ¿Realmente es la mejor opción de desayuno - como se insinúa en la caja – para los niños cuatro de estas galletas, un vaso de cacao de la misma marca que las galletas y una pera?¿Es el peaje que deben pagar muchos padres por supuestas labores sociales de la marca?¿O hay algo más? Otro síntoma…

Los responsables del prestigioso festival Sónar idearon un sistema para que los jóvenes tuvieran dinero sin llevarlo en el bolsillo y cómodamente poder ir pagando gastos dentro del mismo. Cabía la posibilidad de que algunos – no se sabe cuántos – no pudieran cumplir los plazos de presentación – media hora antes del final – para canjear su dinero. El caso es que casi un mes después, muchos jóvenes – según la organización muy pocos - siguen sin recibir su dinero. La respuesta a las reclamaciones es: son muy pocos, es poco dinero. Ya, pero ¿eso quién lo sabe?. Y en cualquier caso, ¿el dinero no es de los jóvenes? Entonces, ¿por qué no se les devuelve? Y si es tan poco y de tan pocos, ¿tiene explicación la tardanza? No me extraña que muchos jóvenes piensen que Sónar les está tomando el pelo…

Y podríamos citar a un oyente, Pedro, el joven que llevó a reparar su móvil a Samsung y, un mes después, sigue esperando a que se lo entreguen y, además, sin que le den una respuesta de cuándo lo podrá tener…

O a David, que alquiló un coche y sí, le hizo un pequeño roce, de apenas dos centímetros. Lo avisó. Pero ahora le pretenden cobrar nada menos que ¡416 euros! por el arañazo… ¿Es lo que cuesta reparar un minúsculo arañazo o cabría pensar que alguien está aprovechando para hacer una reparación mayor o de los arañazos de otros muchos coches?

Sufrimos tan a menudo tantas y tan variadas tomaduras de pelo, que los médicos empiezan a preocupase seriamente por este síndrome. El problema no es sólo poder abordar la cantidad sino, también, la gran casuística de síntomas…

 
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