Aprovechar la ocasión

Madrid

Una de las ventajas de que se celebren pronto las elecciones generales es que el Partido Popular, sean cuales sean los resultados, tendrá ocasión de cambiar a su portavoz parlamentario, una ocasión que de ninguna manera debería dejar pasar. Rafael Hernando ofende día sí y día no a sus propios votantes con un tono cínico y totalmente despreocupado por la verdad que desacredita a los políticos populares en general, sin comerlo ni beberlo. Su afectación y desvergüenza no tiene gracia ni excusa y hace daño no solo a su partido sino a los ciudadanos en general. Se supone que el señor Hernando se esfuerza por complacer al núcleo más duro del PP, pero se equivoca no solo porque seguramente ese núcleo duro tiene un sentido del humor algo más sofisticado que el suyo, sino también porque lo que su partido necesita desesperadamente es no expulsar a más votantes de centro-derecha.

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Lo que sí consigue Rafael Hernando, responsabilizando absurdamente del déficit a los ayuntamientos y comunidades recién elegidos, es provocar que se le conteste y distraer así la atención sobre asuntos más importantes. Por ejemplo, del hecho que no existan incompatibilidades para los presidentes de comunidades autónomas una vez abandonan el cargo, como sucede con ministros o presidentes del gobierno. Yolanda Barcina, que ha ocupado hasta hace muy poco la presidencia de la comunidad de Navarra, va a pasar casi instantáneamente a ocupar un alto cargo en Telefónica, una empresa privada, Telefónica. Barcina anunció hace cinco meses que se retiraba de la política tras 16 años ocupando cargos de relevancia, para recuperar su vida privada. Se conoce que la llamada de las puertas giratorias resulta irresistible.