Los independientes habituales del PSOE

Madrid

El PSOE tiene una larga tradición de incorporar a sus listas electorales, en puestos destacados, a personas que no militan en el partido. En las últimas elecciones autonómicas, por ejemplo, el Partido Socialista valenciano llevó a dos independientes por provincia sin que nadie se escandalizara. Independientes y personas que procedían de otros partidos los hubo con Felipe González (por ejemplo, Baltasar Garzón, que fue número dos por Madrid) y con Rodríguez Zapatero (por ejemplo, Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del Gobierno, que llegó al Congreso sin carné del partido).

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En fin, que la elección de Irene Lozano como número 4 por Madrid, en la lista de Pedro Sánchez, no es nada especial. Lozano tiene credenciales como parlamentaria especialmente brillantes. Ha demostrado que se toma el trabajo muy en serio y ha acumulado una buena experiencia. Se le reprocha que no continúe en UPyD, pero llamarle tránsfuga es una tontería porque Lozano estaba prácticamente fuera de ese partido desde que se enfrentó con la dirección y perdió. Tampoco tiene sentido que se le exija que pida perdón a los socialistas. La señora Lozano se ha situado siempre ideológicamente dentro de la socialdemocracia o centro-izquierda, así que en términos generales, su estadillo de votaciones en el Congreso coincide mucho con los de sus ahora colegas. Es verdad que Irene Lozano ha sido muy crítica con el PSOE en todo lo relacionado con casos de corrupción y en la lentitud de sus estructuras a la hora de reaccionar contra ellos, pero eso no debería ser una mancha en su historial democrático cara a los militantes socialistas, salvo que el sectarismo se imponga a cualquier otro criterio.