Un poco de templanza, que ya llegan las elecciones
Cuando todavía ni ellos saben quién va a ser su presidente, es un absoluto despropósito que unos diputados declaren “el inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente”. Pero, ¿quién puede proclamar tal cosa si no hay nadie al frente?
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Madrid
Enojados y perplejos contemplamos el increíble espectáculo de ver cómo dos gobiernos en funciones juegan a la ruleta con el futuro de millones de ciudadanos. ¿Cómo hemos podido llegar a este dislate? Cuando todavía ni ellos saben quién va a ser su presidente, es un absoluto despropósito que unos diputados declaren “el inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente” que, añaden, tendrá “forma de república”. Pero, ¿quién puede proclamar tal cosa si no hay nadie al frente? ¿Quién organiza nada, quién dirige qué proceso si todavía no hay presidente?
A este descalzaperros se le añade la aparatosa declaración del otro presidente en funciones, haciendo una llamada al imperio de la ley, signifique eso lo que signifique. Pero hombre, si a lo mejor en enero ya no manda absolutamente nada. ¿No deberían esperar a que haya presidentes efectivos que cuenten con el apoyo de las urnas?
En este desgobierno –nunca mejor dicho, que lo es además por duplicado- todo esto carece de sentido. Y si alguno tiene, todavía es peor, porque tanto desplante de barra de bar solo puede deberse a motivos electoralistas. Descabezados, el envite de los independentistas catalanes solo puede tomarse como un desafío para quienes vengan. Y la sobreactuación de Rajoy más parece un guiño a sus votantes más recios que la búsqueda de una verdadera solución.
Así estamos, dos iracundos pollos sin cabeza.
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