Rajoy solo quiere hablar con quienes piensan como él

Madrid

¡Qué extraño concepto de la democracia tiene Mariano Rajoy, nuestro presidente del Gobierno, porque aún lo es aunque no sepamos si lo seguirá siendo! No tiene explicación política que pretenda que Pablo Iglesias, el líder de Podemos, cambie de posición respecto a Cataluña para admitirle como interlocutor. Aquí mismo lo dijo ayer, y desgraciadamente refleja –de forma bastante cruda- que el presidente Rajoy sólo considera personas respetables para compartir mesa y mantel a aquellos que piensan como él.

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Aberración democrática que explica a la perfección por qué estamos dónde estamos y por qué hemos llegado a esta ciénaga en la que ahora nos encontramos. Nunca ha querido Rajoy encarar el futuro de Cataluña con quienes se salían de sus ideas monolíticas en torno a la concepción de España que por definición, y porque así se señala en la Constitución, es necesariamente plural.

Ahí está el auténtico problema desde Moncloa, un lado de la contienda. Del otro, del desleal comportamiento de Artur Mas, ya hemos hablado en este Ojo. Pero precisamente porque era el presidente de Cataluña quien proponía cosas muy distintas –un referéndum, por ejemplo- es con quien estaba más obligado a hablar el presidente del Gobierno, que lo es, le guste o no, de aquellos que piensan como él, pero también de quiénes piensan cosas distintas.

Eso, exactamente eso, es lo que hacen los demócratas.