El sostén de Cleopatra
Qué sabemos en realidad de Cleopatra, de su imagen, de su vestimenta... En qué nos ha mentido Hollywood
Madrid
No parece posible llegar a hacernos una imagen fiable de Cleopatra. La que da comienzo al audio de la sección, en el templo de Hathor, en la antigua Iunet, mezcla su rostro con el de la diosa vaca; en otros casos lo hace con Isis, la futura "virgen María" mediterránea. Todas las fuentes escritas de romanos o griegos, lo fueron como poco un siglo después de su muerte. Hay una razón para que sea así: nos guste o no, en realidad Cleopatra no fue tan importante. En una de las biografías más recientes, el historiador británico Adrian Goldsworthy propone una visión diferente, documentada y razonable. En Diciembre se abrirán las puertas de la exposición más importante dedicada a Cleopatra que se haya hecho en España y su comisario nos comenta lo más destacado.
La pesadilla que significó el rodaje de Cleopatra al comenzar la década de 1960, parece haber extendido una maldición cinematográfica que impide renovar al personaje en la pantalla, de manera que la imagen de Elizabeth Taylor se conserva congelada y representa en nuestra memoria visual a Cleopatra. La película es un derroche de anacronismos, como hacer decir a Julio César que la alfombra de la que sale Cleopatra no es mágica; una imagen muy posterior basada en relatos orientales.
El reconocimiento con un Oscar al vestuario, obvió los sujetadores imposibles para las egipcias del siglo I a.C., pero el cine estaba definiendo en esos años el futuro de la prenda. su historia se relaciona habitualmente con la película The Outlaw (el forajido) de Howard Hughes, de 1943, donde debutó Jane Russell, dando vida a una leyenda de la corsetería. En la actualidad el interés por el pecho llega a la publicación de las tallas de las actrices y modelos, y la mujer española tiene una media de seis sujetadores, pero la estadística es matizada por todas las periodistas de A vivir, reunidas en simposio por Paqui Ramos.
El poeta Lucrecio habla de la "candida pectora" de Cleopatra, sus pechos blancos, pero lo hizo 90 años después de su muerte. ¿Qué usaban las mujeres que vivieron en la primera gran cultura de la humanidad?
Nos da una respuesta el egiptólogo José Miguel Parra, una de las pocas personas que ha entrado en una tumba egipcia apenas ser descubierta por el proyecto arqueológico español más dotado después de Atapuerca. Parra nos ofrece alguna de las fotos que le tocó realizar en aquellos momentos para documentar el hallazgo, y su editorial un capítulo del libro que acaba de presentar: La vida cotidiana en el Antiguo Egipto.
Una abogada dominicana que lleva diez años buscando la tumba de Cleopatra, ante la mirada irónica y escéptica de la comunidad arqueológica mayoritaria, nos expresa su convicción de que un templo de Osiris e Isis situado a media hora de Alejandría, podría ser la realización de su sueño. Representa el atractivo que Egipto despierta en todo el planeta: "Desde la República Dominicana, tener ideas no es tan fácil, muchas de las personas cercanas a mí, incluida mi familia, pensaban que estaba pasando por un problema mental".
Miénteme cine (28/11/15)
23:02
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