Demasiado caos en Europa

Madrid

La tensión en las fronteras europeas sigue creciendo y el caos en las reuniones ministeriales de Bruselas es ya muy preocupante. Hungría, mejor dicho su presidente, un ultra, anuncia que hará un referéndum para ver si acepta o no refugiados; Austria cierra su frontera y acusa a Grecia de no hacer lo mismo. Grecia llama a su embajador en Viena. La OTAN pone en marcha una misión en el Mediterráneo que no se sabe bien en qué consiste: dicen que lucharan contra las mafias, pero lo que importa es saber qué harán los barcos militares cuando vean una lancha con decenas de personas dentro. ¿Mirar para otro lado? ¿Avisar a los bomberos españoles de Lesbos?

Ampliar

Cerrar

Y a todo esto, ¿qué pasa con las cientos, miles de personas atrapadas en Grecia y en las zonas fronterizas de centro Europa? ¿Qué tipo de vida hacen? ¿Qué se supone que tiene que hacer el gobierno griego: recibir decenas, centenares, de miles de personas y esperar a que Austria tenga a bien aceptar dos mil al mes, a que el gobierno húngaro deje de excitar a los racistas y xenófobos que la infectan? ¿Para qué sirve la Comisión Europea?

Hacia realmente mucho tiempo que no se veía tanta inoperancia y tanto caos en las reuniones de Bruselas. ¿De cuándo acá se iba a atrever Austria a convocar una reunión con otros nueve países de la UE para tratar el tema de los refugiados, excluyendo “ex profeso” a Alemania y a Grecia? Tiene razón el gobierno griego cuando critica duramente a los países centro europeos que se creen que este es un tema que compete a la policía y que se arregla con alambradas. Hace falta orden y respeto por las decisiones tomadas en los organismos de la Unión. Cada país europeo, España incluida, por supuesto, tiene que hacer frente, de una vez, a sus responsabilidades humanitarias y terminar con este espectáculo.