“Todavía me despierto por las noches para comprobar que se abren las puertas”

Madrid

Joaquín José Martínez fue el primer español y europeo en salir de un corredor de la muerte de Estados Unidos. Fue detenido en 1996 por un doble asesinato en la ciudad de Tampa, Florida y en 1997 fue sentenciado a muerte. El 6 de junio de 2001, tras la repetición del juicio que acabó confirmando su inocencia, consiguió su libertad y regresó a España junto a su familia. Hoy, 15 años después, asegura que tiene unas “tremendas ganas de vivir”, aunque todavía le quedan secuelas de aquellos tres horrorosos y angustiosos años en el corredor de la muerte. “Hay noches que me despierto y compruebo que las puertas se abren. O que sale agua limpia del grifo”, ha confesado esta mañana en Hoy por Hoy con Gemma Nierga.

En 1997, a los 24 años, Joaquín José Martínez se convirtió en el preso '123496' por la acusación de un doble homicidio. Su exmujer, con la que tuvo dos hijas, despechada y llena de ansia por conseguir la custodia de sus hijos, llamó a la policía para acusarle del delito. Aunque no hallaron ninguna prueba incriminatoria, Martínez fue declarado culpable sentenciándole a muerte por una de las víctimas y a cadena perpetua por la otra. Una de sus mayores agonías, recuerda en su biografía, fue ver a sus hijas con un mono naranja y camino al corredor de la muerte. “Cuando entras al corredor te dejan un poco anulado, dejas de ser una persona y te conviertes en un número. Pierdes las ganas de vivir”, ha explicado.

Sus padres movilizaron al mundo entero para conseguir su liberación, llegando incluso a hablar con el rey y con el Papa Juan Pablo II. Además de agradecérselo eternamente a sus padres, Martínez ha hecho hincapié en el papel fundamental que adquirieron los medios de comunicación, por los que se sintió muy arropado. “Después de cinco años y medio arrastrando los pies me costaba andar y solo pensaba en no caerme”, ha recordado de su salida y ha reconocido, por primera vez, que ese momento ante los medios fue uno de los que más nervios pasó en su vida.

Aunque ha confesado que recuperarse le ha costado muchísimo, Martínez ha aprovechado al máximo todo este tiempo viajando, conociendo a muchas personas y ofreciendo conferencias. Ahora, con cinco hijos más en su vida de los que está encantado, es un firme activista contra la pena de muerte, vigente todavía en más de 50 países.