Trump suspende un mitin en Chicago por las protestas de sus detractores

Madrid

El candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos Donald Trump se veía obligado a suspender la noche pasada un mítin con 25.000 seguidores en Chicago por los enfrentamientos de éstos con un millar de detractores del magnate. Dentro del pabellón en el que iba a hablar, se escuchaban gritos de "¡Que le den a Trump!" y arengas al demócrata Bernie Sanders; enfrentados con las soflamas a favor de Donald Trump.

Uno de los manifestantes incluso se subía al atril del candidato, y era detenido por la policía junto con varias personas más. Sin embargo, en vista de que la tensión no disminuía (algunas personas lanzaban botellas a los contrarios), el gabinete de Trump publicaba un comunicado en el que conminaba a sus seguidores abandonar el recinto y cancelaba el encuentro. "He tomado una decisión para evitar que alguien saliera herido", declaraba Donald Trump posteriormente a la CNN.

En la calle, varios centenares de personas continuaban las protestas y los enfrentamientos. Diego Espina, colaborador en Estados Unidos de la revista Contexto, describía la situación para la Cadena SER como tensa, pero sin caos ni agresiones de por medio, al contrario de lo que publicaban algunos medios locales: "Se ve a gente corriendo detrás de más gente, amagos de ataques, pero sobre todo, discusiones entre la gente; pero nada más. Sorprende la tranquilidad de la policía".

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Las reacciones no se han hecho esperar: desde el lado demócrata, Hillary Clinton y Bernie Sanders afeaban por Twitter la tendencia de Trump a "animar a los suyos a usar la violencia". Los republicanos Ted Cruz y Marco Rubio responsabilizaron, igual que Trump, a Obama de "dividir a la ciudadanía durante ocho años".

Sin embargo, Marco Rubio reprochaba a su rival que "no se puede decir todo lo que se te pase por la cabeza cuando eres candidato a la Presidencia, por mucho que a la gente le guste". Con esto se refería a los últimos actos de Donald Trump, que han incluido agresiones a asistentes y periodistas; y a la retórica incendiaria de Trump. El pasado miércoles, en Carolina del Norte, un seguidor del magnate propinaba un puñetazo a un manifestante negro que interrumpió el mítin y dedicó una peineta al público.