El espejismo del Real Madrid

Madrid

Lamento la decepción anoche de miles de madridistas que se vieron defraudados con su equipo ante el Wolfsburgo. El bollito del sorteo, el que todos querían porque le consideraban el más débil. Pues el bollito del bombo humilló al Real Madrid en la primera parte con un 2-0 que pone la eliminatoria peligrosamente muy cuesta arriba.

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La misma alineación que ganó en el Camp Nou con diez contra el Barça salvo el cambio de Danilo por Carvajal —que fue un coladero por la derecha, como Marcelo lo fue por la izquierda— y con Benzema lesionado, sin decidirse a cambiarlo hasta que se tumbó en el suelo definitivamente.

El desastre fue calamitoso. Pensé que en la segunda parte habría un cambio de juego, incluso de actitud, pero ni eso. Parecidos errores y la misma falta de concentración en defensa, que incluso les pudo costar un tercer gol. Sin estilo, sin dominio, sin crear ocasiones claras... ese equipo parecía que en Barcelona había encontrado el rumbo, pero fue un espejismo, una casualidad. La realidad es lo que se volvió a ver anoche. Y no es falta de actitud, porque estoy seguro de que quieren. Sencillamente es que ya no pueden hacerlo mejor. Lo intentan, pero ese equipo ahora es lo que se vio anoche. Lo demás son sueños, ilusiones permitidas y necesarias, pero ilusiones y sueños. Solo eso. Nada más.