25 años de Historia, en vuestras llamadas

Madrid

Cuando Hablar por hablar echó a andar, en octubre de 1990, el barómetro del CIS nos preguntaba hasta qué punto nos sentíamos católicos o si, al contrario, formábamos parte de un cajón de sastre en el que cabían todas las demás religiones. También si teníamos un ordenador personal. Muchas cosas han cambiado desde entonces y, como decía la misma Gemma Nierga, en aquel estudio de Ràdio Barcelona resultaba hasta escandaloso que la locutora quisiera dar paso a la llamada de un oyente homosexual.

Porque en estos 25 años el país ha vivido muchos cambios. Algunos han hecho a las personas más felices, pero también han provocado su indignación y, desde luego, su tristeza. Las manifestaciones contra la guerra de Irak, las leyes contra la violencia de género, la llegada del matrimonio para todos, el divorcio exprés, el secuestro del atunero Alakrana, los atentados del 11M, las acampadas en la Puerta del Sol. Sus protagonistas estaban entre esa gente corriente que hoy tanto se arrogan unos y otros y que, por las noches, llamaba al 900 100 800.

Porque los oyentes de Hablar por hablar nos han llevado, en primera persona y con sus palabras, hasta todos esos escenarios a los que, por las mañanas, nos llevaban los servicios informativos. Sus historias no siempre han sido fáciles de escuchar ni, mucho menos, de comprender: era el caso de Andoni, que hablaba de ETA en primera persona del plural, o de Raúl, que seguía manteniendo relaciones sin preservativo a pesar de saberse infectado del VIH.

Años después conoceríamos a Tamara, que pasó la noche donando sangre para ayudar a las víctimas del accidente de Angrois, o a Piedad, que nos prometió que marcaría el 016 en cuanto acabara nuestra conversación con ella. El final feliz que nos contó María, emocionada, es el mismo que vivieron muchísimas personas en el País Vasco: pudo dejar de llevar escolta cuando se acabó la violencia en Euskadi. Mara Torres, Cristina Lasvignes, Fina Rodríguez y Macarena Berlín, además de Nierga, han acompañado con sus preguntas, pero también con sus silencios, más de 16.500 llamadas.