Una mala noche

Madrid

Una mala noche. La única que la selección ha tenido en lo que va de este campeonato en Francia nos ha cambiado el raíl a una vía peligrosa, a la más difícil. Perder anoche nos clasifica segundos y nos hace jugar el lunes en París ante Italia. Ya es otra película, otro rival y otro escenario. Y otra ilusión, también, más reservada y timorata. 

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Fue sin duda el peor partido de la selección porque todo salió mal y no podemos culpar ni al árbitro —que nos regaló un penalti que falló Sergio Ramos— ni a la suerte que nos regaló el larguero. Ya había fallado la defensa en el gol del empate croata y después del penalti que le paró el portero a Ramos en un contragolpe rapidísimo, otro fallo en el repliegue y un balón que probablemente habría parado De Gea, toca en la puntera de Piqué y se ajusta al poste y ya De Gea no logra taparlo con el pie.

Victoria para Croacia en una noche aciaga de la selección, pero recordemos también todos los adjetivos con que les hemos estado vitoreando estos días. Son los mismos jugadores. Seamos nosotros también los mismos y mantengamos la misma ilusión. Italia tampoco es mucho mejor que los nuestros, la última Eurocopa se la ganamos a ellos. Y en todos estos campeonatos siempre hay un día malo. Lo tienen todos, pero nosotros no podemos tener más.