¿Cuánto más vamos a aguantar?

Madrid

Como en casi toda competición, y la política también lo es, no siempre gana el más hábil, ni siquiera el mejor, a veces gana el que más resiste, y hoy el ritual político es sobre todo un gran prueba de resistencia.

¿Cuánto aguantará Rajoy sin confirmar si se presentará al debate de investidura? Es intolerable que el candidato del PP siga flirteando con una renuncia.  Es inadmisible que Mariano Rajoy use las terceras elecciones como amenaza cuando ni siquiera ha confirmado que se vaya a someter al debate de investidura.  Es tramposo que el candidato del PP, que hasta ahora ha sido tan indolente como incapaz de sumar un solo apoyo más, intente desprenderse de la responsabilidad de una posible repetición electoral. Y, ¿ cuánto aguantará Rajoy sin hacer cesiones de calado para conseguir más apoyos parlamentarios?

Es inadmisible que Mariano Rajoy use las terceras elecciones como amenaza cuando ni siquiera ha confirmado que se vaya a someter al debate de investidura.

En esta prueba de resistencia, ¿Cómo soportará Pedro Sánchez la presión de la derecha que insistirá en presentarle como el culpable último de una repetición electoral? ¿Como aguantará la presión interna de quienes defienden que el partido socialista debe abstenerse y prepararse para ejercer una oposición contundente y revitalizadora?

Y ante la amenaza cierta de unas terceras elecciones, ¿durante cuánto tiempo callarán esos socialistas que quieren que sea el PSOE el que desbloquee la formación de gobierno?

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Ciudadanos, ¿cuanto tiempo más va a retrasar el sí? Albert Rivera sabe, aunque reconocerlo le produzca un sarpullido, que todo el mundo espera que acabe por negociar su apoyo a Mariano Rajoy porque eso, y no su abstención, podría servir de palanca.

Ciudadanos es posiblemente el partido al que menos le interesa volver a medirse en las urnas. Así que, ¿ por qué no dar el paso mañana mismo y anunciar al menos una negociación que pueda desembocar en el sí?

Ana Pastor, ¿ Cuánto va a resistirse la presidenta del Congreso a cumplir con la obligación constitucional de convocar un pleno en el que el candidato propuesto por el rey se someta a la votación de investidura? No hay justificación para que la presidenta del Congreso sea servicial con su partido, con los intereses de las siglas a las que ya no representa.

En definitiva... hemos entrado en esa fase en la que lo fundamental será descubrir quién es el que más resiste.

Y ustedes, y nosotros... ¿cuánto más vamos a aguantar?