Todos los grandes imperios han dejado un rastro histórico, excepto uno: el cartaginés. Apenas nos quedan unas pocas palabras escritas por la cultura que dominó más de la mitad del mar Mediterráneo unos cinco siglos. Sólo cuando se sobrevuela la ciudad de Túnez en un día de mar claro, se distinguen sumergidas unas líneas oscuras que corresponden a sus viejas murallas. Todo el poder aplastante del imperio creciente de Roma fue aplicado a la destrucción del peor de sus enemigos. Muchos años después de los acontecimientos, las madres romanas asustaban a sus pequeños usando el nombre de Aníbal. El audio comienza con la posibilidad científica de que tras dos mil años, sepamos de una vez por todas por donde atravesó el general cartaginés los Alpes. En el paso de Traversette se han encontrado restos fecales que pueden ser la clave, en un túnel arqueológico donde trabajan equipos internacionales. La huella de Aníbal está especialmente marcada en la ciudad íbera que lo acogió, Cartagena, que celebra una de las recreaciones históricas más importantes de España. Valentina Rojo se mueve entre cartagineses y romanos, antes de presenciar la batalla final, que acabará con sorpresa. Antonio Madrid y Carolina Ferreira nos ayudan a entender el fenómeno de la recreación que no ha cesado de aumentar en los últimos diez años hasta alcanzar cifras de cientos de miles de interesados. Ambos viven la recreación como pocaspersonas. el primero como responsable de las organizaciones recreacionistas españolas www.fiestashistoricas.es y vicepresidente de las europeas; la segunda como participante y organizadora en Cartagena desde hace más de dos décadas, suma sacerdotisa del dios cartaginés Baal hace solo unos días. El cine no le ha ofrecido a Aníbal ninguna película memorable en los últimos años, y fue el forzudo Víctor Mature el que protagonizó «Aníbal», una de las peores y más anacrónicas películas del tsunami de peplums, incluye Egipto, Grecia,roma y cualquier cosa parecida) que inundó los cines en los años sesenta, marcando la memoria visual de dos generaciónes con imágenes absurdas y potentes. A falta de información, la Cartago que suelen mostrar los clásicos es un invento exótico e imposible del escritor francés Flaubert en la novela del siglo XIX, Salambó, llevada al cine al mismo tiempo que la de Mature, en 1960. Fue el año del personaje en las pantallas.