Paso a la ignorancia, el fanatismo y la zafiedad

Madrid

Imposible sustraerse al horror Trump, del que desgraciadamente tardaremos en recuperarnos. Un gigantesco tsunami de sinrazón sacude el mundo desde hace años, pero este 2016 ha sido la culminación de unos acontecimientos desgraciados que marcan no un cambio de dirección, no, sino un empeoramiento absoluto, una degeneración manifiesta, una acumulación de males sin mezcla de bien alguno.

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¿A quién beneficiará el 'Brexit'? ¿Mejorará en algo la vida de los colombianos ese "no" a la paz promovido por una derecha siempre vengativa, aquelarre en el que brillan con luz propia los rencorosos siameses Uribe y Aznar? Ahora, Trump.

Dejemos para otro día las grandes cuestiones de política y economía interna y externa, ahora en manos de un personaje tan atrabiliario y disparatado como este multimillonario, hijo de multimillonario que encima presume de su enconada lucha para abrirse paso en la vida. ¿Un farsante? Pues sí, claro.

Pero bajemos a ras de suelo y preguntémonos qué va a pasar con la sanidad para los más necesitados, qué va a ocurrir en los barrios marginales donde se pudren negros o hispanos. Qué será de las mujeres víctimas del feroz machismo, de los discapacitados, de los que menos tienen. Porque ahora mandan los iletrados, los que desprecian el galopante cambio climático, los ignorantes creacionistas, los que combinan biblia y rifle.

Ha triunfado la estulticia, el fanatismo y la zafiedad. Lloremos juntos.