La rectificación del PSOE y la soberbia del PP

Madrid

Hubo ayer una portavoz adjunta del Grupo socialista que dijo muy seria, como cayéndose del guindo, que “Fernández Díaz es un candidato impresentable”. Se refería, claro está, a la provocación del PP para que el reprobado por toda la Cámara ex ministro del Interior se hiciera cargo de la presidencia de la Comisión de Exteriores del Congreso, con la humillación añadida de que necesitaba, como burla cruel, que el PSOE diera su consentimiento.

Y lo dio. Vaya que si lo dio. Pero ha sido tal el polvo que se ha levantado en el camino, que el portavoz titular socialista tuvo que cambiar el "sí" por un apresurado "no" en menos de 24 horas. No es problema, que Antonio Hernando tiene entrenamiento en flexibilizar posturas. Hará mucho pilates. Pero por fin entendió de qué iba la vaina y en la rectificación acertó. Menos mal.

A cambio, el PP y su jefe mantienen la soberbia como emblema, y ya le han encontrado un acomodo al milagrero y urdidor de sucios tejemanejes Fernández Díaz. Daba igual cualquier cosa, incluso si el cargo no servía para nada, porque lo importante era dejar claro que quien manda, manda, y nosotros siempre mantenemos a los nuestros a cuerpo de rey.

Riámonos de regeneraciones, que para eso estos atentos servidores de la patria han cumplido nuestras órdenes con acierto, dedicación y provecho.

Así sea.