Sobre hipócritas y ciegos

Madrid

Corría mes de mayo de 1664 cuando Moliere estrena el Tartufo. Han pasado 352 años, tres siglos y medio.

El Tartufo es una denuncia de la falsa devoción, de la hipocresía, de aquellos que esconden su verdadera cara para lograr que su mano pueda disfrutar de lo que no es suyo y que imponen sus ideas porque no quieren que nadie sea libre.

También es la patética constatación de la estupidez, de lo peligrosos que son los tontos y los que se niegan a ver.

Enrique Llovet, diplomático y hombre de teatro, fue el autor de una versión del tartufo que se hizo célebre en 1969 .por razones políticas y que se volvió a reponer en el 79 con Marsillach en la piel del hipócrita. Aquella versión no acababa ni tan mal.

Ahora, se presenta una nueva versión en Madrid. En esta ocasión, el mal triunfa. ¿O es que acaso no ha triunfado?