¿Aplicar solo lo que manda la ley?
¿Es esa la atención que piensa prestar el Gobierno a las iniciativas de la mayoría del Congreso? ¿Es ese el respeto que se merece la oposición en bloque? ¿Dónde quedó la promesa de la mano tendida?
Madrid
Cantó ayer el presidente Mariano Rajoy en el Congreso una de esas frases que oídas de primeras produce un inmediato rechazo, pero que repetidas espantan. Dijo en voz bien alta que el Gobierno solo aplicará las iniciativas del Congreso que por ley sean obligatorias.
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Las demás, fácil es deducirlo, serán convenientemente tiradas a la basura para posteriormente ser trasladadas con sumo cuidado a cualquier incineradora de la capital, tal que Valdemingómez.
¿Es esa la atención que piensa prestar el Gobierno a las iniciativas de la mayoría del Congreso? ¿Es ese el respeto que se merece la oposición en bloque? ¿Dónde quedó la promesa de la mano tendida?
Porque aplicar lo que ordena la Ley no es otra cosa que someterse a lo evidente en cualquier Gobierno que pretenda homologarse al resto de Europa. Solo faltaría que el presidente se negara a cumplir lo que manda la ley.
No se olviden, además, de todas las maniobras que utilizarán los leguleyos gubernamentales para rebuscar las oscuras rendijas de las leyes. Las manosearán del derecho y del revés.
Así que abandonen toda esperanza de regeneración del PP, promesas vanas, y confórmense con las pírricas victorias políticas de la oposición ante los distintos ministros, a quienes ganarán numerosas escaramuzas políticas. Pero la oposición, ay, perderá todas, o casi todas, las guerras.
No lo olviden: El Boletín Oficial lo tiene el Gobierno.
