'¿Por qué Damasco?', el libro de Tomás Alcoverro con las claves sobre Siria

Madrid

El periodista Tomás Alcoverro acaba de publicar el libro ¿Por qué Damasco?, en el que relata el panorama desolador de una ciudad que está perdiendo a pasos agigantados su carácter abierto y cosmopolita. El veterano corresponsal de La Vanguardia llegó en el invierno de 1970 a Beirut, la capital de Líbano, para convertirse en nuestros ojos en Oriente Próximo. "El que diga que entiende Oriente Medio es que se lo han explicado mal", ha querido puntualizar el periodista al comienzo de la entrevista en La Ventana.

Empezar por el final del libro no parece lo más adecuado, pero el vaticinio de Alcoverro hace inevitable preguntarle por ello. El periodista afirma que lo peor en Siria está por venir, porque la evolución de las circunstancias políticas, religiosas y sociales indica que las cosas no van a mejorar. "Esta situación tan horrible se traduce en un nivel cultural cada vez más bajo y, por tanto, en un fanatismo cada vez más pujante", ha señalado el corresponsal.

La conflictividad de los países del Golfo, ha dicho Alcoverro, se debe a que en ellos existe un cuerpo social muy variado, con comunidades que pertenecen a distintas confesiones de, a su vez, diferentes religiones. Lo que hace que la solución a diversos problemas venga bien a unos pero a otros no tanto. "Esto explica este tipo de guerras entre comunidades y milicias que se está produciendo en Siria y que antes se produjeron en Líbano y en Irak", ha recordado el periodista.

Palabra de Alcoverro

<p itemprop="alternativeHeadline">El corresponsal de <em>La Vanguardia</em> asegura que Oriente Medio “seguirá siendo, por muchos años, un estallido de horror”. Tomás Alcoverro no es ningún pesimista apocalíptico. Es, simplemente, un hombre… Un periodista muy bien informado</p>

Para Alcoverro el conflicto de Siria, por ahora, tiene un ganador claro, el presidente Bachar el Assad, sobre todo después de la caída de Alepo: "Todo el mundo sabe que quien decide las guerras es gente que únicamente tiene el interés de acabar su proyecto y que es indiferente al sufrimiento y a las tragedias". El corresponsal, en este sentido, ha apuntado que se trata ya de una guerra diplomática y de desgaste, más que militar: "Lo que ha conseguido el Assad, continuar en el Gobierno costara lo que costara, ha supuesto que aquellos que querían su cabeza al principio no tengan más remedio ahora que renunciar a derrocarlo".