Música contra el exilio (de la crisis)
La crisis ha provocado que muchos jóvenes hayan salido de España buscando oportunidades. La música siempre es un refugio y gracias a proyectos como Rock Sin Subtítulos los expatriados pueden disfrutar de los conciertos de sus grupos españoles favoritos en las principales ciudades europeas. Durante unas horas, no hay distancias
Madrid
Antes de triunfar como músico, Roger Padilla, el guitarrista de Manel, pasó 10 meses en Londres. Se ganaba la vida vendiendo entradas en los cines Renoir y siempre llevaba encima un discman con el que escuchaba cedés de música variada. En uno de ellos, de hecho, había una canción de Serrat con una frase que, en ese momento, le venía como anillo al dedo: "Qué va a ser de ti lejos de casa..."
La banda más importante del pop en catalán tocará en Londrés el próximo 12 de mayo y, un día después, en Dublín. Pero no es la primera vez que se embarca en una pequeña gira por Europa. "Nuestro primer concierto en Inglaterra fue un pub de Brighton ante solo dos o tres personas", recuerda el músico barcelonés.
A los siguientes conciertos fue mucha más gente, llenando incluso salas con un aforo de 400 personas. Y no son los únicos. El madrileño Pablo López conoció a uno de sus mejores amigos, justamente, en un concierto de Manel en Berlín, pero en la capital alemana ha visto también a Sidonie, Guadalupe Plata o Iván Ferreiro.
"Los conciertos de grupos patrios suelen dar mucho de sí socialmente", cuenta. Y es que, aunque los móviles hayan reemplazado al discman (y Raphael, en muchos casos, a Serrat), lo cierto es que la música sigue siendo un cordón umbilical indispensable para aquellos que viven lejos de casa.
La también madrileña María Ibarra lleva cuatro años trabajando como investigadora en Heidelberg, al sur de Frankfurt, y explica que "se agradece mucho" que los grupos españoles viajen para hacerles sentir "como en casa". Ella ya ha visto a Vetusta Morla o a Cromática Pistona, en Alemania, y en mayo viajará a Londres para ver a Kase.O, que toca dos días seguidos (20 y 21) en la ciudad. "Es bastante guay porque te juntas con gente con la que quizás no harías otros planes, pero con la que te vas de concierto. ¡La música es de lo que más se echan de menos!", cuenta.
Según datos del INE, algo más de 100.000 españoles viven actualmente en el Reino Unido, casi un 80% más que en 2009. Y muchos de ellos han emigrado en busca de oportunidades, pero está claro que a la diáspora de la crisis le gusta lo mismo en los escenarios que a los que han aguantado el chaparrón sin moverse de España: Love of Lesbian, Zahara, Quique González, Amaral, Manel, Vetusta Morla, Kase.O...
El canario Fran García se quedó con la copla ya en 2008. Observó que, a diferencia de lo que pasaba con comunidades como la italiana, no había una oferta cultural especialmente pensada para los españoles de Londres y por eso, aprovechando que trabajaba en una sala de conciertos, decidió llevar a Marea. El concierto fue éxito, poco después llegaron otros... y así nació Rock Sin Subtítulos.
"Hoy ya han pasado más de 80 artistas y se organizan giras por diferentes ciudades, como las de Izal o Quique González, que han tocado en Berlín, Dublín y Londres", cuenta Ana Gitrama, responsable de comunicación de esta inciativa cultural. "Trabajamos con grupos emergentes y también con otros más consolidados", detalla. "Además estamos abiertos a todos los estilos: Nach, Ángel Stanich, Izal, Sopa de Cabra... ¡Algunos han llenado salas de 1.800 personas!".
La deducción puede parecer un poco perversa, pero entonces, ¿cuanto más paro juvenil haya en España, mejor? "Bueno, también hay gente que aprovecha el fin de semana para ir a ver a amigos y, de paso, irse de concierto", responde Ana Gitrama. "¡Yo espero que quien viva fuera sea porque quiere".
El DJ murciano Pablo SM no se fue porque sí. Harto de la precariedad del mercado laboral español, decidió hacer las maletas para irse a aprender inglés, pero ahora no solo va a todos los conciertos que puede —SFDK, M-Clan, Miss Cafeina o Izal— sino que además pincha en las fiestas posteriores: las Mega Spanish Party. "Es la más multitudinaria de Londres", cuenta. "Se hacen mensualmente en Scala, normalmente después de los conciertos, y tienen mucha aceptación".
Izarne Villaverde sí encaja en el perfil de público-turista. Vive en Valencia, pero fue al concierto que Quique González dio en febrero en Londres porque una de sus mejores amigas lleva tres años trabajando en Inglaterra. Y en España, según cuenta, ya le había visto muchas veces, pero esa actuación le pareció "muy especial". Tanto le gustó, de hecho, que ha convencido a su amiga para ir juntas a ver Manel...
Para estar al tanto de todos los conciertos en Berlín, Pablo López recurre a una aplicación llamada Songkick y siempre está pendiente del cartel del festival Spanish Rock Invasion. Echa de menos tener más cerca las bandas que le gustan pero reconoce que, cuando van a Berlín, los conciertos son todavía más especiales: "Aquí puedes ver a grupos que en España llenan estadios sin agobios ni aglomeraciones. ¡Es un verdadero lujo! Además les ves en otro ambiente y eso siempre es interesante. Los artistas suelen ser más accesibles, más cercanos. La gran sorpresa es cuando, además, hacen conciertos memorables a pesar de que se encuentren con mucho menos público de lo que acostumbran. Eso me ocurrió con Vetusta Morla, que hizo un concierto legendario ante apenas 60 personas. Fue toda una experiencia. Eso dice mucho de la personalidad del grupo y de su música".
Ana Gitrama cuenta que los conciertos de bandas españolas en el extranjero no solo son muy emocionantes para el público sino que también lo acaban siendo para el grupo: "Los artistas coinciden en que es maravilloso cómo se entrega el público".
Pero los expatriados españoles de América Latina no cuentan con Rock Sin Subtítulos, que de momento se queda solo en Europa. Pablo Olivares vive en Ciudad de México y, más que ir a conciertos, los organiza. Es asesor cultural en Casa Barrio Tepito, un proyecto cultural de artes y oficios en el barrio de Tepito, y por allí pasan muchos raperos y cantautores locales: "El rap de barrios de CDMX es un subgénero en sí mismo porque tiene una personalidad muy marcada y ha sido forjado por historias en ocasiones muy complicadas de violencia y desigualdad".
Olivares confiesa que no pierde la ocasión de ver también a sus raperos españoles preferidos: "La próxima semana viene Nach y amigos, y Kase.O viene en abril. Arianna Puello vive aquí y suele dar conciertos con frecuencia. Y otros que estuvieron a punto de venir fueron Los Chikos del Maíz, pero al final cancelaron".
Lo que más le llama la atención de esos conciertos es el fenómeno fan de los mexicanos: "Es mucho más extremo: la gente canta las canciones de principio a fin, desgañitándose. Celebran con gritos cada sonrisa del cantante. Hacen fila desde bien temprano para entrar los primeros. Se desviven por hacerse una foto al final del concierto. El hambre de mitomanía es sorprendente".