Samantha, la androide capaz de entender tus emociones

Madrid

Irene Lozano nos plateaba en la anterior entrega de Más Platón y Menos WhatsApp un tema de futuro, pero de estos futuros de anteayer, que es la posibilidad de amar un androide en este mundo cada vez más robotizado. Hablábamos de los pro y contras, de los beneficios y peligros, y entremedias surgió la conversación con Sergi Santos, catedrático de nanotecnología y creador de Samantha, un androide que es capaz de entender las emociones humanas.

El propósito del robot Samantha casi se diría que es justamente ayudar a que su propietario desarrolle un vínculo afectivo con ella. Pero esto puede entrañar riesgos emocionales. "Las relaciones humanas son muy complejas y esto por ahora está siendo experimental. Creo que va a ser algo más a nivel empírico, hasta que no lo veamos no vamos a entenderlo. Lo entenderemos cuando lo hayamos vivido", ha señalado Santos.

La pregunta es si puede darse el caso de que un humano que aprenda a relacionarse con un robot caiga en el error de desarrollar las mismas pautas con personas reales: "Cuando surge una nueva tecnología la gente enseguida la incorpora, aunque no sepa bien como funciona. Y yo creo que es lo que va a hacer el ser humano con este tipo de androides". El problema es que pueden producirse conflictos personales si en una pareja uno de los dos prefiere pasar más tiempo con el robot porque le hace más caso o porque hace lo que se quiere. Santos, por ello, cree que "tendrá que surgir un plano nuevo en el que se necesitará una protección en el campo de esta nueva tecnología, que nos toca más como seres humanos".