Teléfono escacharrado
Si yo sé leer, el fundamento de la sentencia es de carácter moral, no económico. Si el ministro de Hacienda lee tan bien como yo, y estoy segurísima de que así es, se habrá dado cuenta igual de deprisa.
Almudena Grandes: 'Teléfono escacharrado'
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Es la técnica de ese juego infantil que se llama el teléfono escacharrado. La sentencia del Tribunal Constitucional que ha anulado por unanimidad la amnistía fiscal impulsada por el gobierno de Rajoy en 2012, considera que dicha medida legitimó a los defraudadores, situándolos en una posición más favorable que la de los contribuyentes que habían pagado en plazo y sin hacer trampas. Todos los expertos lo advirtieron antes de que entrara en vigor, como concluyeron después que su desarrollo había resultado un fracaso. Ese, y sólo ese, es el mensaje al que debería haber respondido Cristóbal Montoro en su comparecencia en el Congreso.
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Sin embargo, el ministro, al igual que los niños que juegan a transmitir en un susurro lo que les han susurrado al oído, se ha escudado en la crisis económica y en el fantasma del rescate para justificar su amnistía. Esa no era la pregunta. Si yo sé leer, el fundamento de la sentencia es de carácter moral, no económico. Si el ministro de Hacienda lee tan bien como yo, y estoy segurísima de que así es, se habrá dado cuenta igual de deprisa. Pero ha decidido jugar al teléfono escacharrado con los representantes de la soberanía nacional, y éstos no han hallado la manera de impedírselo. Mientras se tolere esta práctica, las comparecencias, lejos de poner a los ministros cuestionados en un aprieto, les seguirán ofreciendo un altavoz para difundir versiones como la que el señor Montoro ha elaborado con argumentos demagógicos e indiscutiblemente populistas. Y así, el remedio puede llegar a ser peor que la enfermedad.