Malén Aznárez, amiga del alma

Madrid

Con frecuencia en apuros, nunca asustada. Ese fue el lema de una escritora famosa, Karen Blixen, pero también pudo serlo de Malén Aznárez, la periodista española presidenta de Reporteros Sin Fronteras que murió ayer en Madrid. Malén fue una mujer resuelta que encaró la vida con decisión y sin miedo. En apuros estuvo. Fue periodista y realizó algunos viajes extremadamente peligrosos que después contó con naturalidad. Sin dramatismo, como si se tratara de situaciones ligeramente extrañas, quizá algo incómodas.

Nunca pareció sentirse acobardada, ni en sus insólitos viajes por el Chad o Níger, por la Antártida o el peligroso Congo, ni tampoco al asumir responsabilidades de mando en los difíciles cargos que ocupó a lo largo de su vida profesional y en los que en mucha ocasiones fue la primera mujer en ejercerlo. Por ejemplo, fue la primera mujer en dirigir los servicios informativos de Radio Nacional de España o la primera en dirigir una cadena de 26 periódicos de propiedad pública. En El País fue redactora jefe de Sociedad y Defensora del lector.

Malén fue una de las personas menos miedosas que he conocido en mi vida. Quizá porque poseía una formidable firmeza de carácter. Nunca se dejó dominar. Por eso mismo ejerció el feminismo en primera línea sin dudar un instante de sus derechos y de sus capacidades. Fue una persona con fuerza, incapaz de dar la razón a quien no creía que la tuviera, pero capaz también de usar esa fuerza para defender aquello en lo que creía y aquello que amaba. Ha muerto casi un año después de su marido, una pérdida que le resultó insoportable. Fue una amiga del alma, y como dice Maruja Torres, es ahí donde se echan de menos a las personas como ella.