Partido Demócrata Europeo de España
Imaginen por un momento que algún día condenan al PP por corrupción. Imaginen que meses antes el Partido Popular ha decidido cambiar de nombre. Así se quita el lastre político y judicial
Partido Demócrata Europeo de España
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Madrid
Imaginen por un momento que algún día condenan al PP por corrupción, al PP como partido, en los casos Bárcenas o Gürtel en los que está encausado como persona jurídica o como partícipe a título lucrativo. Imaginen que meses antes el Partido Popular ha decidido cambiar de nombre y llamarse Partido Demócrata Europeo de España. Así se quita el lastre político y judicial pero no obstante deja vivas y registrada las siglas Partido Popular. Y cuando llega la condena y la obligación de devolver todo el dinero robado el nuevo PP dice: "¡Ah!, yo ya soy otro partido, que pague el anterior y que devuelva el dinero robado el anterior". El anterior, que son solo unas siglas insolventes. Y además el nuevo partido, el nuevo PP, se dispondría a formar gobierno de coalición con otras formaciones que aceptarían sin más que como cambiaron de nombre. Pelillos a la mar.
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Este ejercicio que proponía en ‘Hoy por Hoy’ Soledad Gallego-Díaz retrata mejor que ningún otro lo que pretenden hacer en el PDeCAT tras la condena por corrupción de la Audiencia de Barcelona que les obliga a devolver casi siete millones de euros. Que devuelva el dinero Convergència porque las siglas siguen registradas, y aquí paz y después gloria. A continuación se disponen a iniciar la legislatura en Cataluña como si nada hubiera pasado y le piden al resto de partidos independistas, ERC y la CUP, que miren para adelante.
Y todo esto en el mismo país en el que se ha retirado de la circulación a decenas de políticos sólo por estar imputados, sin que medie condena y en el que se pide la dimisión del director de Tráfico por la gestión de las nevadas del 7 de enero. A este grado de cinismo hemos llegado.
No ha hablado Puigdemont del partido que lo llevó a la alcaldía de Girona de donde salió para convertirse en president de la Generalitat hace tres años. Tampoco de que los letrados del Parlament hayan rechazado que sea investido a distancia o cuestionen que los políticos presos voten por delegación.
Así están las cosas a 24 horas de la constitución de la Cámara catalana.