"Tenemos que morir con dignidad, es una pena hacerlo clandestinamente”

Madrid

Ramón Sampedro fue el primer ciudadano español que acudió a los tribunales para reclamar su derecho a una muerte digna. Fue una lucha en todos los frentes por el derecho a recibir ayuda para morir en libertad.

Ramona Maneiro, la mujer que acompañó a Sampedro en los últimos años de vida, se queja de que las cosas siguen igual: muchas propuestas pero a nivel político nada. Defiende que "tenemos que morir con dignidad" y que es una pena hacerlo clandestinamente cuando puedes hacerlo rodeado de tu familia, mirando el cielo.

Veinte años hace que Ramón Sampedro ingirió el cianuro que le causó la muerte ¿Qué ha cambiado? ¿En qué hemos avanzado? Fernando Marin, el presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente de Madrid asegura que se ha avanzado muy poco porque la ley sigue siendo la misma, porque se prometió mucho por parte de las fuerzas políticas y no se ha hecho nada.

Lo que sí ha cambiado a raíz de la muerte de Ramón Sampedro es el apoyo a la eutanasia de la sociedad. Las últimas encuestas indican que el 84% de la ciudadanía cree que debe reconocerse el derecho a la muerte médicamente asistida. Es difícil encontrar otro derecho ciudadano que tenga tanto apoyo entre la ciudadanía.

En los últimos años, nueve comunidades autónomas han aprobado una ley de muerte digna. Pero Fernando sostiene que esas medidas son una pérdida de tiempo porque sin modificar el Código penal son leyes que se quedan en nada. En Europa, en sólo tres países, la eutanasia es legal: Bélgica y Países Bajos. Esta práctica supone el 2% y el 4% de las muertes en estos países.

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En marzo el Congreso de los Diputados rechazó la propuesta de Ley de Eutanasia que presentó Unidos Podemos. "No se aceptó ni discutirla", recuerda Marin. Ahora el PSOE se ha comprometido a presentar la ley y se abren, nuevamente, las esperanzas.