El complicado futuro del SPD

El Congreso del Partido Social Demócrata alemán, SPD, votó ayer, con un 56,4%, a favor de apoyar un posible gobierno de coalición con la canciller Ángela Merkel. La autorización para abrir conversaciones parte de un documento básico que ya está pactado pero que el líder socialdemócrata, Martin Schulz, prometió mejorar en las próximas semanas. El acuerdo final tendrá que ser sometido a las bases del SPD.

La gran coalición sería acogida con un alivio enorme en la Unión Europea, que sigue empantanada, pero que cree posible experimentar un nuevo impulso, si Alemania, con el empuje de Martin Schulz, que es un decidido europeísta, se une a la Francia de otro gran defensor de la Unión, Emmanuel Macron. Ese impulso pasaría, fundamentalmente, por reforzar la moneda única, que todavía no dispone de todos los mecanismos necesarios para superar nuevas crisis, y por una vuelta al viejo sistema de negociación comunitario, que tan buenos resultados dio en la construcción europea.

La revitalización de la UE sería quizás uno de los pocos proyectos capaces de garantizar el futuro de este viejo continente y no es posible sin la complicidad de Alemania y Francia, pero el acuerdo con Merkel tiene que tener también suficientes estímulos internos como para que los jóvenes socialdemócratas le den su apoyo. El resultado del congreso demuestra que una parte del SPD teme que una nueva gran coalición termine por hundirles electoralmente. Es un elemento muy importante porque Europa necesita tanto un nuevo impulso como que la socialdemocracia alemana, uno de sus grandes motores y símbolos, recupere su atractivo. Si el SPD terminara desapareciendo, la Unión tampoco tendría mucho futuro.