De abuelos y nietos

Del debate sobre las pensiones que se celebró ayer en el Congreso solo ha quedado algo claro una cosa: que Ciudadanos está muy cerca de apoyar los Presupuestos Generales del Estado que el gobierno del Partido Popular va a presentar en los próximos días. Por lo menos Albert Rivera dio a entender que la negociación estaba adelantada y que Rajoy podría contar con su apoyo. Es una buena noticia para el presidente, aunque aun así seguirá necesitando algunos votos más.

En cuanto a las pensiones, no quedó muy clara la estrategia del Gobierno cara las movilizaciones de jubilados que volverán el próximo sábado a las calles. Se sabe que Rajoy no piensa modificar ninguna de las reformas que se han ido introduciendo en los últimos años, todas ellas destinadas a retrasar la edad de jubilación y a impedir que suban en la misma medida que el IPC. El presidente aludió a la necesidad de llegar a un nuevo Pacto de Toledo, y tiene razón en que el sistema de pensiones en España, como en cualquier país democrático, debe ser fruto de un consenso. Lástima que no se haya negociado prácticamente nada desde que empezó la crisis financiera y lástima que las propuestas de diálogo lleguen después de haber agotado el Fondo de Reserva de las pensiones. Lo lógico hubiera sido abrir la negociación sobre posibles fórmulas de financiación sostenible, antes de gastar completamente los miles de millones de que disponía ese fondo. Lo peor de todo será intentar enfrentar a jubilados y a jóvenes, como si sus intereses fueran contrarios y como si unos no fueran los nietos de los otros y supieran bastante bien quien es responsable de la precariedad y de los bajos sueldos.