El disco más loco de Jack White
El músico de Detroit regresa tras cuatro años de silencio con ‘Boarding house reach’, un álbum tan cautivador como extraño
Madrid
Tras dos años de intensa gira con su anterior álbum, Lazaretto (2014), Jack White se alejó de los escenarios para pasar tiempo con sus hijos. “Quería pasar todo el tiempo posible con ellos antes de que fuesen adolescentes”, explicaba el músico a Rolling Stone. En este tiempo se ha centrado en la producción, en su sello y estudio –Third Man Records- y en vivir una vida tranquila junto a su familia. Pero la música iba creciendo en su interior, trepando, buscando un hueco por el que salir a la superficie.
En estos años, White ha ido dándole vueltas a la idea de cómo avanzar, de cómo encontrar nuevas rutas musicales en las que seguir creciendo. “Siempre he creído que en mi trabajo debo empujarme hacia situaciones que me resulten incómodas. Si eres artistas tu trabajo no es hacerte la vida más fácil. Nunca he sido fan de gente así y no respeto ese tipo de ideas referidas a la música”, explicaba en la misma entrevista. Y eso, precisamente eso, es lo que White ha buscado en esta nueva entrega, un disco que grabó junto a músicos de la escena hip hop con los que nunca había trabajado antes de entrar en el estudio. Para buscar variedad se fue a las dos costas de EEUU, primero grabó en Nueva York y luego en Los Ángeles siempre con la idea de salirse de su zona de confort, de crear música que llevase su sello pero que no sonase a Jack White.
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El resultado de ese viaje musical son trece canciones que descolocan de inicio, apenas quedan reminiscencias del sonido que lo convirtió en una estrella del rock junto a los White Stripes. En Boarding house reach hay canciones habladas, hay electrónica, hay psicodelia y sonidos que no se pueden calificar. White quería huir de las etiquetas y con su tercera entrega en solitario lo ha logrado.
Entre tanta canción incalificable, temas breves como Abulia and Akrasia o locuras como Ice station zebra o Get in the mind shaft, se cuelan composiciones que han perseguido a White durante años. Over and over and over era un tema que iba a ser parte del cancionero de los White Stripes, pero que nunca encontró acomodo hasta ahora. También hay composiciones más próximas al rock al estilo de Respect Comander o la poderosa Connected by love, el fabuloso tema que abre el disco y el single con el que se presentó.
Boarding house reach, el disco con el que el músico de Detroit se presentará en España –tiene citas en el Mad Cool y en el Cruilla- es el trabajo más pretencioso del guitarrista afincado en Nashville, un álbum con el que White descolocará a público y crítica siguiendo esa máxima de que la música debe avanzar, buscar nuevos caminos y no caer en el conformismo. Han pasado tres lustros desde los años de White Stripes y el guitarrista es consciente de ello. Los días de prender fuego a las cuerdas han dado paso a un nuevo sonido, a un disco tan cautivador como extraño, tan lejos del pasado como próximo al futuro. Él mismo lo explicaba a la perfección. “Todo el disco, para mí, es increíblemente moderno. Quería tomar punk, hip-hop y rock and roll y canalizarlo todo en una cápsula del tiempo”.