Los Javis: "Paquita Salas' pretende ser una radiografía del 'show business' de España"

Madrid

Javier Calvo y Javier Ambrossi, Los Javis, tienen entre sus méritos haber revolucionado la ficción española o, al menos, haber atraído a un público más joven. El inicio de todo fue una obra de teatro, La Llamada, que se convirtió en película. Y mientras ese proceso se cerraba, estrenaban Paquita Salas, una serie en la plataforma Flooxer que ganó dos premios Feroz. La historia de una representante de actores, abandonada por su actriz fetiche y obsoleta en un mundo tecnológico, conquistó a la prensa y al público y consiguió que Netflix produjera la segunda temporada. 

Se nota el presupuesto y la dedicación en esta segunda temporada que, aunque pierde esa frescura amateur, sigue siendo fiel al personaje, interpretado por Brays Efe. "Queríamos que fuera una temporada donde la gente pudiera conocer más al personaje. La temporada es para cerrar una puerta del pasado y a partir de ahora seguir. Nos hemos metido en la psicología del personaje, para entender por qué las cosas no le van bien, decía Javier Calvo en conversación con La Script en una mesa redonda. 

Sobre Paquita Salas siempre planea el ser una serie de nicho, en el que solo el mundillo del cine y la televisión entienda las bromas, algo que rechazan los directores. "Siendo una mujer madura, de mediana edad, que lleva el carro de una empresa ella sola, creo que muchas mujeres se van a sentir identificadas con ella. ¿Quién no se ha sentido que está anticuado o que el mundo está cambiado más rápido que tú?", añadía el creador.

Si la primera temporada hablaba de la pérdida, la segunda se centra en la gestión del éxito, del fracaso, de perseguir los sueños siendo fiel a uno mismo, con muchos puntos en común con la situación que han vivido en los dos últimos años los Javis. "Todo está inspirado en la gente que conocemos, lo que pasa día a día, el mundo del boicot o la situación de muchas empresas a las que la crisis ha hecho que tengan que reinventarse", apunta Ambrossi.

Pero sobre todo, Paquita Salas habla de los entresijos del cine: "En todo, ha habido una caída de las máscaras brutal, y en la industria del entretenimiento, todo está cambiando. Queríamos hablar de ese cambio. Paquita pretende ser una radiografía del showbusiness de toda la historia reciente de España", defiende Calvo. De hecho, estos cinco últimos capítulos están llenos de cameos de actores, actrices y personajes de la televisión. Sale Ana Obregón, Verónica Echegui, Roi -de Operación Triunfo-, Paz Vega y un cameo final que indica por dónde irá la tercera temporada.  Un modus operandi, el de los cameos, que tiene algo de Torrente, aunque con una diferencia, según los directores. "Torrente es maravilloso, pero hay una diferencia. Aquí están anclados a la narrativa de la serie, dan verosimilitud a la trama, es gente del cine, además estamos hablando de una mujer interpretada por un hombre, todo lo que dé verosimilitud es bueno".

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"Voy a ser Paquita Salas para siempre y me siento muy orgulloso de eso", reconocía el actor Brays Efe que ha escrito uno de los guiones de una serie que muestra la deriva de la libertad de expresión y las redes sociales. Por ejemplo, el primer capítulo parodia la persecución a la actriz Miren Gaztañaga, cuestionada incluso por sus compañeros por decir que los españoles eran unos "catetos". "En una obra de ficción puedes decir lo que quieras sobre quién quieras. Puede estar mejor o peor hecho, pero puedes decir lo que quieras. Por eso me encanta cuando C. Tangana dice 'la madre del rey me come los huevos', y yo digo 'el rey me come los huevos' y no es un insulto, es un deseo, el rey está bastante bueno. Puedes opinar lo que te dé la gana, incluso si es ofensivo, y puedo entender que si tú te pones a insultar todos los días a una persona, te caiga una denuncia. Pero no entiendo que alguien pueda ir a la cárcel por decir algo u opinar en Twitter. Es una locura", sentencia entre risas el joven actor. 

"Paquita hace y dice lo que todos queremos hacer. Es la justiciera. Es una comedia , pero es muy emocional", insistían los directores, que admiten haber sufrido una excesiva exposición en medios y redes sociales. "Al final la exposición te lleva mucho a la dictadura de lo políticamente correcto. Eso es en lo que no tenemos que caer", reconocía Ambrossi.

La serie se estrena este viernes en Netflix, en los 190 países donde está la plataforma. Después del éxito de La Casa de Papel, las expectativas con las series españolas están altas, ¿se entenderá una serie tan cañí y costumbrista? "Al final nosotros vemos series que nombran gente o comidas de otros países y lo entendemos. Con Paquita se van a reír. Si han bailado La Macarena por todo el mundo, ¿qué me están contando? ¿cómo no van a entender a Paquita Salas?", zanja Belén Cuesta, otra de las actrices, junto a Lidia San José que rodean y cuidan de Paquita Salas.