Desconcierto
El gobierno de Sánchez, al que se auguraba una vida efímera y una limitadísima capacidad de poder real, ha impulsado en
menos de un mes tantos cambios como los que propuso Rajoy en años
Desconcertados
01:25
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005096342/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
El terremoto que ha puesto boca abajo la política española en las últimas
semanas sigue replicando. El gobierno de Sánchez, al que se auguraba una
vida efímera y una limitadísima capacidad de poder real, ha impulsado en
menos de un mes tantos cambios como los que propuso Rajoy en años. El
hecho de que PP y Ciudadanos hayan cambiado de postura a última hora, para
votar a favor de la discusión de una ley de eutanasia, demuestra la eficacia de
los gestos, que tanto desprecio concitaban hace poco entre los enemigos del
nuevo gobierno.
Pero ningún gesto es tan significativo como el desarrollo de las
primarias populares. El hecho de que la inmensa mayoría de sus afiliados no
pague la cuota y la ridícula cifra de los que se han inscrito para votar, revela
más de lo que dice. En primer lugar, que en el PP la democracia interna es una
moda importada, un requisito autoimpuesto por motivos fotogénicos. Más
relevante resulta aún la cantidad de personas que se han hecho con el carné
de un partido para desentenderse inmediatamente de su militancia, ante la
indolencia de unos dirigentes que no parecen haber echado nunca de menos ni
su presencia ni su dinero. Puede sonar rarísimo pero no lo es tanto, porque la
derecha siempre se ha comportado como si España fuera de su exclusiva
propiedad, gracias a la mansedumbre de un PSOE que, hasta ahora, había
aceptado sin rechistar el papel de realquilado en La Moncloa. Tal vez, el gesto
más transcendental de este gobierno acabe siendo la naturalidad con la que
ejerce el poder. En esa dirección apunta el desconcierto de la oposición.