¿Recuerdan el caso Almería?

Permitan a este Ojo, siempre tan incontrolado, que se salte la agenda y se vaya hasta 1981. Exactamente hasta el 10 de mayo de ese año, cuando aparecieron tres cuerpos abrasados en un Ford Fiesta, en un barranco de Almería. Los muertos, luego se supo, eran tres jóvenes trabajadores: Juan Mañas, 24 años, Luis Montero, 33, y Luis Manuel Cobo, 29. La Guardia Civil les confundió con un comando de ETA, y doce agentes, al mando del teniente coronel Carlos Castillo Quero, les torturaron salvajemente durante toda una noche hasta matarlos. Luego les descuartizaron, les rociaron con gasolina y les prendieron fuego, mientras el teniente coronel descargaba sobre sus despojos una ensalada de tiros para simular una falsa fuga. Tras un cúmulo de irregularidades de un Ministerio del Interior y una Justicia plagada de franquistas, el Supremo condenó a Castillo Quero a 24 años de cárcel, 15 al teniente Gómez Torres y 12 al guardia Fernández Llamas. El resto, de rositas. Este brevísimo resumen del tristemente famoso caso Almería, viene a cuento de que hace muy poquitos días, este Gobierno, como ya hicieran los anteriores, les ha negado a los tres jóvenes brutalmente asesinados la categoría de víctimas del terrorismo. Tampoco la tienen, en base a una ley rácana y miserable, Lasa y Zabala. ¿Sánchez, Grande Marlaska y Delgado, tan progresistas, mantendrán esa ignominia? Una vergüenza.