De la gloria en Cuba a la muerte en Bolivia

El hecho histórico del día de hoy es un buen recordatorio de que la gloria no dura para siempre y de que el plan que nos funcionó una vez no tiene porque volver a ser exitoso una segunda vez. Esto nos lo recuerda el último 9 de octubre de uno de los mayores iconos del siglo XX: Ernesto Guevara, más conocido como “El Che”.

Pese a ser argentino, el evento que llevó a el Che a la fama mundial fue la revolución cubana. En ella, un grupo de guerrilleros resistió los esfuerzos de una dictadura por exterminarlos para acabar haciéndose fuertes en las montañas de la isla y tomando el poder en 1959. Pese a que Ernesto inicialmente formó parte del gobierno revolucionario de Fidel Castro, no tardó en cansarse de la vida de despacho y decidió intentar llevar la revolución a otros países.

Primero probó suerte en el Congo y pese a que ese intento no tuvo éxito, le pareció buena idea probar suerte en Bolivia. Ante la dictadura militar que sufría el país, probó otra vez la táctica que tan bien había salido en Cuba. Con un grupo de guerrilleros, se escondió en las montañas bolivarianas, esperando que su pequeño grupo fuese sumando adeptos.

Pero pasó exactamente lo contrario. El grupo fue cazado en distintas etapas por el ejército bolivariano, con la inestimable colaboración de la CIA, hasta que el 8 de octubre dieron con el Che. Entonces, y después de herirlo en combate, lo tomaron preso.

Al día siguiente, el 9 de octubre, con sólo 39 años, Ernesto Guevara fue ejecutado. No sé si sería un gran consuelo para él, pero al menos sigue vive vivo en millones de camisetas y chapas.

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