Al menos, a los políticos les votamos

Madrid

Pocos organismos de rimbombante nombre y apellidos han sido más usados, manoseados, vejados y ultrajados que el Consejo del Poder Judicial. Ocurre también ahora, cuando ya han decidido PSOE y PP, haciendo de la ley mangas y capirotes, quién va a ser su nuevo presidente, dejando en papel mojado la obligatoriedad de que sean los vocales del Consejo quienes elijan a su presidente. Cierto que no les queda ni un celemín de pudor y podían haber hecho el paripé, pero antes de rasgarnos las vestiduras, ese deporte que tanto nos gusta, hagamos alguna consideración previa, que no todo resulta desastroso en este lance.

Por lo pronto, ha habido acuerdo entre PSOE y PP, pacto imposible cuando gobierna el PP que siempre ha impuesto a su candidato, así tuviera cuernos y rabo. No es que Manuel Marchena goce en este rinconcito del menor aprecio, por decirlo de manera educada, investido desde hace años por Génova como su ariete judicial. Pero lo que se va por lo que se viene, porque en el Consejo, gracias al acuerdo, habrá mayoría progresista. Veremos el gusto final del sancocho. Con todo, vayamos al fondo del asunto, y gritemos alto y claro que este Ojo prefiere que sean los políticos elegidos por los ciudadanos quienes controlen el Gobierno de los magistrados, y no solo los señores jueces, por nadie votados. Se admiten discrepancias.