Los estilemas: la huella dactilar de la lingüística

Madrid

Álex Grijelmo, periodista consagrado y un abanderado de la defensa de la lengua española, ha dado el salto al thriller lingüístico con El cazador de estilemas. En esta ficción un profesor de literatura y un comisario nos recuerdan el importante peso que tienen las palabras en nuestra vida diaria, en especial, cuando estas derivan en rasgos de estilos personales que acaban delatando la autoría de un escrito.

Durante la entrevista con Macarena Berlín, el creador de la Fundación del Español Urgente, de la Agencia Efe, cita a uno de los protagonistas de su novela, el profesor Eulogio Pulido: "Nos retratamos con las palabras al igual que transmitimos una imagen con nuestra manera de vestir. Las palabras nos definen".

El lenguaje y la palabra se convertirán en la herramienta de trabajo de estos dos investigadores, en torno a los vocablos dirigirán todas sus pesquisas hasta la resolución del caso. "Las palabras son siempre el camino", apunta Grijelmo. Entre las líneas de este libro el escritor también lanza una crítica al uso que se hace de ellas en el oficio periodístico: "cuando los periodistas transmitimos una parte de la realidad y omitimos otra, contribuimos a construir un engaño, una verdad parcial". Lo que también es aplicable a la vida diaria, "completamos la información que nos falta mediante conjeturas", finaliza.

La vida empieza, evoluciona y termina con la palabra. Y siempre está en constante cambio. Es el fruto individual de un aprendizaje colectivo. "La palabra es el mayor invento que ha construido el ser humano, la mayor tecnología de la que disponemos. Ningún invento habría sido posible sin ella", concluye Grijelmo.