Fuego y chinchetas
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TOMAVISTAS 2019

Beach House atrapa todas las miradas del Festival Tomavistas

La banda de Baltimore ha comandado la primera jornada del Tomavistas 2019, en la que también han tocado Cigarettes After Sex, Triángulo de Amor Bizarro, Cala Vento, Las Odio o Ángel Stanich, entre otros

Madrid

El dream pop de los estadounidenses Beach House recuerda a (lo que nos han contado de) un agujero negro: atrapa todo lo que tiene a su alrededor —incluido el calor— gracias a una fuerza algo irracional y, de tanto en tanto, sorprende con una explosión inesperada. Por momentos, además, uno tiene la sensación de estar cruzando puertas intergalácticas, teletransportándose de una punta a otra del espacio. Solo que, en este caso, no impera ni la ley de la gravedad ni una genial teoría descrita por Einstein, sino la furia hipnótica de Victoria Legrand.

La banda de Baltimore ha comandado el viaje espacial de la primera jornada del Festival Tomavistas 2019, celebrado en el madrileño Parque de Tierno Galván, a pocos metros del Planetario. Con un repertorio de corte atmosférico, repleto de sintetizadores y distorsión, el trío estadounidense ha vuelto a tirar de oficio para demostrar por qué está considerado el gran referente contemporáneo del dream pop.

En los 70 minutos que duró el concierto repasaron canciones de casi todos sus discos, pero brillaron especialmene los temas Teen Dream y el reciente 7, las dos grandes joyas de su discografía. El primer punto álgido del concierto llegó con el potente estribillo de Walk In The Park y luego no tardó en caer Space Song.

Angel Stanich, durante su actuación en la primera jornada de Tomavistas

Angel Stanich, durante su actuación en la primera jornada de Tomavistas / Mariano Regidor

Angel Stanich, durante su actuación en la primera jornada de Tomavistas

Angel Stanich, durante su actuación en la primera jornada de Tomavistas / Mariano Regidor

Sin grandes discursos, la vocalista de la banda dejó claro que estaban muy a gusto en Madrid y, aunque buena parte del público decidió que la actuación del cabeza de cartel era un buen momento para ponerse al día con los amigos, Legrand echó el resto para elevar la tensión emocional: el brutal in crecendo de 10 Mile Stereo, el trance de Lemon Glow, la desarmante belleza de Myth y, como colofón, una sonda exploradora llamada Dive. Lo peor fue que, como en el Primavera Sound 2018, volvieron a prescindir de Norway. Los genios tienen estas cosas.

Viajes de ida y vuelta

La bandera de Antigua y Barbuda ya ondeaba sobre el teclado. Ángel Stanich pisó fuerte, como acostumbra, para inaugurar el escenario principal. Hay cosas que no cambian, ni su alborotada melena y poblada barba, ni sus comentarios sin pelos en la lengua entre canción y canción. Ejemplo de ello fue cuando sacó el mismo póster de Lenin que mostró Silvia Saavedra, de Ciudadanos, en el pasado debate electoral de Telemadrid. Para ella le dedicó su Salvad a las ballenas. Los homenajes siguieron, aunque con motivos más bien dispares. Stanich mencionó a Rocío Monasterio, a modo de crítica, y recordó a Pitita Ridruejo a quien destacó que era la "abuela más molona de Madrid", título que ahora tiene Carmena mientras daba paso a un frenético final con Mátame camión.

Camellos y Niña Coyote eta Chica Tornado dieron el relevo a Las Odio, un cuarteto que presentaba su nuevo trabajo Autoficción, disco que aún no llega a estar a la altura de Futuras Esposas. Eso sí, su mensaje reivindicativo por la igualdad sigue siendo tan potente como cuando debutaron en este mismo escenario hace dos años. Recuerdo que las madrileñas mencionaron y agradecieron.

Isabel Cea, de Triángulo de Amor Bizarro, en el Tomavistas 2019.

Isabel Cea, de Triángulo de Amor Bizarro, en el Tomavistas 2019. / Mariano Regidor

Isabel Cea, de Triángulo de Amor Bizarro, en el Tomavistas 2019.

Isabel Cea, de Triángulo de Amor Bizarro, en el Tomavistas 2019. / Mariano Regidor

Lástima que el primer plato fuerte del día, Triángulo de Amor Bizarro, se viera lastrado por una sonorización más que mejorable, con mucha batería y sin que apenas se escuchara la guitarra. Una auténtica pena porque el resto de ingredientes necesarios estaban donde tenían que estar: una banda con ganas, un público entregado (con Los Punsetes al completo) y los temazos, cayendo uno detrás de otro: Baila sumeria, Les llevaré mi cruz, Seguidores, O Isa y para acabar, dos de los mejores temas del indie español en lo que llevamos de siglo: Barca quemada y De la Monarquía a la Criptocracia.

Los gallegos también aprovecharon la ocasión para presentar un par de temas nuevos —uno de ellos, con una contundencia sorprendente, incluso cercana al rock industrial— , así que todo apunta a que pronto llegarán buenas noticias. Ante un público entregado, Isa se disculpó por haber estado tanto tiempo "en la cueva" para sentenciar que gracias a esta hibernación creando su próximo álbum han descubierto, en alusión a los resultados electorales del 28-A, que "España no es un país de fascistas y las mujeres cortan el bacalao".

Sí sonaron fenomenal los catalanes Cala Vento, a los que les basta con una guitarra y una batería para llenar todo el escenario. Su 'Balanceo' es excelso, y eso que lo tenían difícil con sus anteriores trabajos. Aleix y Joan vibraron, y con ellos toda la gente que ya se había puesto en modo festival. La noche caía, al igual que temazos como Un buen año, Gente como tú, Todo, Isla desierta y Abril. Los de L'Empordà pusieron el broche con Fin de ciclo. Mención especial para Wooden Shjips y la hamburguesa que se encargó de reponer fuerzas para el rush final.

Para ir de un escenario a otro había que atravesar medio parque, pero la diferencia de sonido entre unos y otros también supuso un auténtico viaje de ida y vuelta. El shoegaze de los texanos Cigarattes After Sex, uno de losgrandes hypes del último lustro, puede apuntalar melodías muy bellasSunsetz, K. o Apocalypse, por ejemplo— que, además, son ideales para el disfrute intimista. Pero su tempo bradicárdico no llegó a sincronizarse con el público del Tomavistas. La mayor parte de la gente, de hecho, se pasó el concierto hablando se sus cosas y a Greg González, totalmente metido en lo suyo, no pareció importarle demasiado. La noche llegó a su fin con el synth-pop de Tori y Moi y la electrónica del dúo alemán Digitalism.

Greg Gonzalez, vocalista de Cigarettes after Sex

Greg Gonzalez, vocalista de Cigarettes after Sex / Mariano Regidor

Greg Gonzalez, vocalista de Cigarettes after Sex

Greg Gonzalez, vocalista de Cigarettes after Sex / Mariano Regidor

 
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