Lucía Baskaran: "Quería visibilizar las violencias sistémicas que sufren las mujeres constantemente"

Madrid

Alicia y Martín son una pareja con planes establecidos para un futuro que esperan próximo. Pero Martín de repente muere en un accidente de tráfico y ella tendrá que construir de nuevo su vida, atormentada por el recuerdo del que fue su amor, esta viuda de veintiocho años lidiará con el proceso de la pérdida y el duelo.

Lucía Baskaran vuelve al plano literario tres años después de presentar su primera novela, Partir, finalista del Premio Herralde de Novela. Su segundo libro, Cuerpos malditos, nace de una historia ajena y real que le sirve a la autora para plantear una serie de cuestionamientos en torno a la concepción de la identidad femenina: "Cómo ésta se construye a través de la mirada masculina y que hacemos fuera de esa mirada".

Una historia que a Baskaran le llegó a través de una amiga durante su estancia en Barcelona. "Al perder la mujer a su marido, ésta empezó a liarse con su cuñado y se obsesiona con la idea de quedarse embarazada del hermano de él porque está convencida de que esa es la forma de traer al muerto a la vida". Comenta la escritora que este relato le rondaba continuamente por la mente y no encontró mejor salida para solventar su curiosidad que plasmarlo en el papel.

Durante el proceso de escritura, Baskaran coincidió con una de las tres mujeres rabinas que existen en Francia y le explicó que aquel testimonio se trataba de "una historia y ley bíblica: cuando tu marido fallece tu cuñado se ocupará de ti". Este nuevo descubrimiento, "la idea de las mujeres y la casa como propiedad masculina", le hizo preguntarse "cómo sería en la época contemporánea".

En la trama del libro aparecen una diversidad de temas que reflejan el lado más oscuro de la condición humana. Desde la identidad femenina, el castigo, la maternidad hasta la autolesión o la familia. Además en los pies de página el lector se encontrará con la exposición de una serie de términos como self-objectification o body shaming. "Tenía claro la inclusión de ciertos conceptos y la experimentación de estos en el personaje. Quería visibilizar las violencias sistémicas que no sólo le pasan a Alicia, sino a un montón de mujeres constantemente".

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Para Lucía Baskaran: "la identidad es uno de los grandes temas y, quizás, el único de la literatura". En Cuerpos Malditos, editada por Temas de hoy, vuelve a escribir: "para intentar entender el mundo que me rodea".