Margarita Salas: "En España, hacemos milagros"
La bioquímica, que ha sido doblemente premiada por la Oficina Europea de Patentes esta semana, reconoce que cuando ella comenzó ser una mujer científica era muy complicado pero asegura que "llegará un momento en que la mujer científica ocupe en la ciencia el lugar que le corresponda".
Madrid
Con más de ocho décadas a sus espaldas y seis como investigadora, la científica asturiana Margarita Salas ha vuelto a ser premiada esta semana por la Oficina Europea de Patentes, y lo ha sido por partida doble: el Premio al Inventor Europeo por el Logro de toda una vida, por haber puesto la secuenciación de ADN al alcance de muchos investigadores y científicos, y allanar el camino para nuevos avances, y el Premio Popular, votado por el público.
Reconoce que no esperaba ninguno de estos dos galardones. “Para mi fue una sorpresa –admite -. En concreto, el Premio Popular no lo esperaba para nada, porque supone que de los 15 finalistas que éramos, que he sido la persona más votada popularmente, entonces no esperaba este premio. Primero fue este premio y después –cuenta- ya fue al final el Premio de toda una vida, entonces yo pensaba, ya me han dado el Popular y ya no me van a dar más y entonces me dieron también el otro… y me quedé maravillada de que me pudieran dar dos premios a la vez. Y fue muy emocionante”, explica. Emocionada –y sorprendida- Salas señala que este galardón “me lo dan no solo a mi, sino un poco a la ciencia española, que mereceríamos que hubiese más apoyo”. Ciencia española que, en sus propias palabras, responde a un milagro. “Nosotros en calidad nos podemos comparar a los países de nuestro entorno, pero en cantidad estamos a la cola realmente de la Unión Europea. Ocupamos el lugar, creo que el noveno en cuanto a producción científica y sin embargo ocupamos el lugar número 30 en cuanto a financiación”, asegura. Por esto, defiende que la principal carencia de la investigación en nuestro país es la relativa a los fondos que se destinan a la ciencia, un área que necesita, según apunta, una seria mejora.
Margarita Salas, doblemente premiada por la Oficina Europea de Patentes
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Recuerda su etapa como pupila del Premio Nobel Severo Ochoa, haciendo sus estudios de postdoctorado en Bioquímica en la Universidad de Washington como la mejor de su vida. “Su rigor experimental, su dedicación a la investigación y su entusiasmo por la investigación”, son los rasgos que más recuerda de quien fuera su tutor. “Él hablaba siempre de la emoción de descubrir, y bueno, pues eso también lo he heredado de él”, apunta.
Firme defensora, también, del papel de las mujeres en la ciencia, rememora que, en sus inicios laborales, siendo mujer y en España, era invisible. “En Estados Unidos era diferente”, pero, al volver a su país natal volvió a no tener un nombre propio: “según la sociedad, las mujeres no valíamos”. “Mi marido –el también investigador Eladio Viñuela- y yo teníamos un grupo de trabajo juntos, pero como estando los dos juntos yo siempre era la mujer de mi marido, yo no tenía nombre propio. Mi marido, que era muy generoso, decidió abandonar el trabajo que teníamos juntos para dejarme a mi la independencia y ya pasé de ser la mujer de a ser Margarita Salas”. Ahora, reconoce, la situación ha cambiado. “Hay muchas más mujeres que hombres iniciando su carrera investigadora – dice- y yo siempre pienso que todas estas mujeres, si siguen adelante y siguen investigando y siguen trabajando, llegará un momento en que la mujer científica ocupe en la ciencia el lugar que le corresponda”.