Cuerpo de prosa

Madrid

Hay algo de poético en que, al final de la semana que empezó en domingo, domingo electoral, hayan premiado a un poeta, como si quisieran reivindicar, en nombre de Cervantes, que las palabras cuentan, porque ya hemos contado aquí como las usan en política.

Han premiado a un poeta catalán, Joan Margarit, que escribe en castellano y en catalán y que ha dicho que la libertad es una librería. Conviene la poesía, pero más allá de las librerías. Conviene porque el contraste con algunos referentes públicos de la vida política es el que es.

Hay quien intenta la vena poética aunque le salga con dificultad. Lo más que hacen habitualmente es citar a Machado, que es de largo el poeta al que más recurren desde casi todos lados. Suelen citarlo mucho y de Machado citan las mismas frases. Con todas las que él tenía. Esta, por ejemplo: “Se miente más que se engaña. Si los políticos lo comprendieran, ahorrarían las dos terceras partes de su actividad”. Este pasaje, por lo que sea, lo citan poco, si es que lo citan.

Pablo Iglesias se arrancó ayer con un verso en su carta a la militancia que, dicho así, parece una carta evangelista. Algo de cielo había, de hecho. El cielo, les decía Iglesias, se toma con perseverancia. Llamar cielo al poder supone una visión muy poética del poder, pero en fin.

Por aquello de poner palabras, Esquerra ha ido a recuperar la figura del relator pero -tras dos elecciones y 800.000 votos menos- a Pedro Sánchez le ha quedado el cuerpo muy de prosa: no se escribe nada fuera de la Constitución, ha dicho. Así estamos, cinco días después de la noche del escrutinio: a refugio de la poesía, a la espera de saber si riman los números.

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