Los campamentos de verano esperan protocolos más específicos de las comunidades

Madrid

Los campamentos este verano van a ser atípicos. El Gobierno central ha marcado una serie de normas para los campamentos que se desarrollen durante la fase 3 de la desescalada: la mitad del aforo, un niño por litera y dos metros entre las camas. Las empresas del sector esperan que estas normas puedan flexibilizarse en los protocolos que deben diseñar las comunidades autónomas para la nueva normalidad.

El sector estima que este verano van a perderse más de la mitad de los empleos directos que genera: 110.000 de los 200.000 que suelen crearse durante la temporada de campamentos. Cuatro de cada diez compañías no van a tener ninguna actividad este verano. 700 empresas se han unido en el Colectivo de Campamentos para buscar soluciones.

Su portavoz, José Manuel Fernández, explica que “las pérdidas de facturación acumuladas hasta hoy están rondando el 70%”. Necesitan dar muchas respuestas a los padres para que sepan las condiciones en las que envían a sus hijos de campamentos. Por ello piden que se publiquen cuánto antes los protocolos de cada comunidad autónoma.

Las normas para los campamentos durante la fase 3 pueden ser flexibilizadas por las comunidades autónomas para la nueva normalidad. Hasta ahora, entre otras obligaciones deben tomar la temperatura a los niños a primera hora de la mañana y por la noche. Se permite que los niños, en grupos de nueve como máximo, se relacionen sin distancia de seguridad y sin mascarilla.

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Y pueden juntarse hasta 40 niños, por ejemplo durante los juegos nocturnos, siempre que mantengan metro y medio entre ellos o lleven mascarilla. Rosa Muñoz es responsable de la empresa de campamentos Tantáka. Esperan que los protocolos de las comunidades aumenten el aforo permitido. “Hemos elaborado un documento con medidas temporales que están pensadas para la fase 3 a falta de conocer si finalmente podemos flexibilizar algunas restricciones como el aforo permitido”.

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A falta de que muchas comunidades detallen sus planes, Aragón ha prohibido los campamentos. Esta región recibe cada año muchos niños de otras zonas de España que se escapan allí para ir de campamento y no quieren arriesgarse a que lleguen casos desde otras regiones.

A pesar de las dificultades muchos padres ven fundamental que sus hijos puedan disfrutar de unos días con otros niños en la naturaleza. Más aún este año, después de semanas en casa. Ana cree que su hija Julia, de 10 años, “se lo merece más que nunca y sería bueno para hacer una transición entre este confinamiento y el curso que va a empezar en septiembre”.

Elena considera que para los padres “es un desahogo laboralmente hablando porque al final en verano no sabemos muy bien qué hacer con los niños. El campamento resulta una opción atractiva tanto para los niños como para los adultos. Tienen muchas ganas de ver a sus amigos y monitores.”

El campamento tiene múltiples beneficios psicológicos para los pequeños. La psicóloga especializada en niños y adolescentes, Cristina Aristimuño, destaca “la cantidad de oportunidades de aprendizaje que aporta un campamento. Se trabaja muchos los valores, les aporta muchísima libertad, contacto con la naturaliza y, sobre todo, salir de los ritmos de la ciudad, del día a día”.