Estatuas
"Las cosas inanimadas pueden volverse exasperantes, desde la estatua de un dictador o un esclavista, a la puerta del armario de la cocina con la que te golpeas la cabeza"
'Estatuas', por Xoán Tallón
02:40
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Galicia
Las estatuas no cambian, y a veces eso es su perdición. Se niegan a someterse al paso del tiempo. Muestran siempre ese gesto inalterable, tan fastidioso en ocasiones. Llega a confundirse con arrogancia. Puesto que a menudo representan símbolos de un poder opresor, y antes o después la opresión se acaba y las sociedades se liberan, sería bueno que en consecuencia esas estatuas cambiasen, adoptando a lo mejor cierta humildad, u otro gesto, como agachar la cabeza o levantar una mano, o incluso bajarse del caballo si es que hay caballo por el medio. No les pedimos que hablen y digan «Lo siento, eran otros tiempos. Ahora sé que todas las vidas importan». Aunque estaría bien. Las cosas inanimadas pueden volverse exasperantes, desde la estatua de un dictador o un esclavista, a la puerta del armario de la cocina con la que te golpeas la cabeza. A menudo no puedes soportar esa frialdad suya y le das un puñetazo, para descargar la rabia. Es un poco absurdo. Igual que atacar la estatua, por engreída o infame que parezca. Pero ya sabemos que casi nada dura para siempre, por muy de piedra o de hierro que esté hecho. Confiemos en que al menos los libros de historia sí.