De la cultura de Los Millares a la caída de Numancia
Una ruta por la Iberia prerrománica, con David Zurdo
La Historia en Ruta (15/08/2020): La Iberia Prerromana
56:02
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1597255388692/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Caminante de la Historia. Hace unos diez mil años, algunas tribus se cansaron de ir de un lado para otro, dando bandazos. Dejaron las cuevas y se mudaron a las orillas de los ríos, donde, casi sin moverse, podían encontrar comida a tutiplén: la tierra les daba frutos; los ríos, peces y los bosques, caza. Así que se hicieron sedentarias, levantaron las primeras aldeas y, con el tiempo, desarrollaron la agricultura y la ganadería. Luego inventaron la cerámica, que les permitía almacenar el grano, la leche de las cabras o el jugo de algunas plantas.
Cuando las tribus nómadas llegaban a los poblados y veían toda aquella riqueza, los saqueaban. Las cosas estaban cambiando. Las tribus sedentarias levantaron murallas para defender sus aldeas.
Para complicarlo todo más, aparecieron los metales. Durante miles de años, la humanidad se había apañado como buenamente podía con las herramientas de piedra. Hasta que, un poco de casualidad, descubrieron que los metales servían para fabricar armas muchísimo mejores, más afiladas y más mortíferas, con las que los unos se defendían y los otros saqueaban a placer.
Aquel mundo hostil fomentó una casta guerrera. Aparecieron los ejércitos, las batallas y las conquistas. Se impuso la ley del más fuerte. Los soldados se convirtieron en generales y los generales se convirtieron en reyes. Habían nacido los Señores de la Guerra. Ya nada volverá a ser lo mismo.
Hoy, en La Historia en Ruta, acompañados por David Zurdo, escritor, novelista, guionista y buen amigo, te invitamos a un viaje cronológico por la geografía y por la historia de la Iberia Prerromana, desde la Edad del Cobre hasta la llegada de los romanos.
Si quieres acompañarnos, ¡súbete a la Historia!