La realidad se impone siempre al ruido

Madrid

El gobierno de Madrid le pide al Gobierno central la intervención urgente del Ejército, a la vez que sus decisiones, las que toma la Comunidad, las preanuncia hoy, las anunciará el viernes y entrarán en vigor no se sabe bien cuándo. Que el ejército venga ya que yo tomo mis decisiones a plazos. En fin, un día más tenemos que hablar de la gestión incomprensible de esta fase de la crisis por parte del territorio que hoy, por desgracia, sigue encabezando los contagios en España. Con la evidencia de que las medidas que han entrado en vigor hace sólo dos días, son insuficientes, como dijeron todos los expertos desde el primer momento.

El día nos deja también la polémica en torno a la ausencia del Rey en la entrega de despachos a la nueva promoción de jueces. Y a estas horas de la noche, con todo el día botando el asunto de un lado a otro, varias asociaciones de jueces siguen reclamando una explicación, el vocal del Consejo General del Poder Judicial, José María Macías, nos ha dicho a la SER que la Casa Real les aseguró que el Gobierno no lo autorizaba y el Gobierno sólo ha dicho esto: "Hay decisiones que están muy bien tomadas. Está muy bien tomada esa decisión". Y sigue siendo una incógnita oficial de quién fue la decisión y sobre todo por qué. Parece mentira que sea el Gobierno o la Casa Real se pretenda a estas alturas, pasar pasar sin explicación - sea cual sea - una ausencia así.

Y este miércoles se ha iniciado con la trompetería habitual que acompaña a todo lo que afecta al procés. El Gobierno anuncia que empieza a tramitar las peticiones de indultos para los condenados por los hechos del otoño separatista. Y en los dos extremos políticos en este tema... han tronado. Los independentistas, sorprendidos por la noticia, suben el peldaño de rigor y reclaman la amnistía y no el indulto, si es que este llega a producirse. Para el PP, se vende España a cambio de presupuestos, aunque al ritmo que anuncian su venta, una vez aproximadamente a la semana, ya no debe quedar un trozo de España que vender.

Mucho ruido, ya ven, en un día en el que precisamente la Justicia ha pisado un trozo grande de realidad al fallar el Tribunal Supremo que los repartidores, los riders que nos llevan la comida a casa, son falsos autónomos que trabajan a las órdenes de una empresa.

La realidad que siempre se impone al ruido.