El espejo americano

Madrid

La teoría del espejo, del sicoanalista Jacques Lacan, propone que aquello que nos disgusta -o nos repele- de los demás, posiblemente sea el reflejo de algo que llevamos dentro nosotros mismos. O sea, que se trataría de una herramienta para conocernos más fondo. Pero resulta que esa herramienta, esa teoría es aplicable tanto a personas como a sociedades.

Vale, pues creo que hoy tenemos un magnífico ejemplo para utilizarla. El debate, bueno el debate… El espectáculo bochornoso y tabernario que han protagonizado esta madrugada Donald Trump y Joe Biden nos permite preguntarnos -con todos los matices que se quiera- si ese es el modelo de país al que aspiramos. Porque estamos hablando de Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo, ejemplo en muchas cosas y en muchos momentos, pero que hoy navega al borde la confrontación civil y embroncada con medio mundo porque ha triunfado un discurso ramplón, hipernacionalista, sectario, agresivo y embustero.

Trump es el profeta -o el icono- de este discurso, que es una involución en toda regla. Pero yo me preocupo, porque cada día veo en España más señales de que tiene seguidores. No tanto Trump, o no sólo sus ideas, sino seguidores de su estilo, que lo acaba contaminando todo. Su rival de esta noche, Joe Biden, un tipo más calmado, incluso soso, ha acabado llamándole “payaso” y “mentiroso” y el espectáculo, insisto, ha sido lamentable.

¿Quién ha ganado? Pues seguramente ninguno de los dos; han perdido los votantes. Y creo que eso nos está ocurriendo también un poco aquí. Del covid, o de la covid, saldremos. Un día u otro. Con más daños o menos, con más o menos confinamientos, pero saldremos. Sin embargo, librarnos de esa corriente de odio y enfrentamiento, que viene de la política pero que ya es también social, eso ya será más difícil. Me gustaría equivocarme.