Un par de golpes de suerte
"La editorial Lumen estaba salvada, y muchos escritores vieron después sus libros publicados. Todo, gracias a Mafalda"
'Un par de golpes de suerte', por Xoán Tallón
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Galicia
Esther Tusquets cuenta que en los 70 estaba necesitada de un par de golpes de suerte para que su editorial tuviese futuro. Lumen no podía comprar un best seller; debía apostar por un autor y esperar a que, de forma inesperada, se disparase la venta de alguno de sus libros. Fue lo que pasó con Umberto Eco. Le publicó un pequeño librito, poco leído, y el siguiente, El nombre de la rosa, vendió cientos de miles de ejemplares. Pero antes de que eso pasase, alguien le mostró un día un cuadernito de Mafalda, y al poco Esther se presentó en la Feria de Frankfort. Ravoni, el agente de Quino, se dirigió al stand de Seix Barral y le ofreció la historieta de aquella muchacha. Carlos Barral, le confesó que el mundo del cómic no le interesaba lo más mínimo, así que cuando Esther se enteró, se precipitó a los brazos de Ravoni. «Lo hice porque Mafalda me gustaba, no porque creyera ni remotamente que iba a ser un éxito comercial», decía. De hecho, del primer cuaderno editó una modesta tirada de 3.000 ejemplares. Para su sorpresa, se vendieron cientos de miles, millones. La editorial Lumen estaba salvada, y muchos escritores vieron después sus libros publicados. Todo, gracias a Mafalda.