La lección de Palma

Madrid

Podríamos abrir 'La Ventana' con un carrusel de noticias sobre el coronavirus -bueno, de hecho todos los días podríamos hacerlo, o casi todos- y hoy seguramente más: porque hay chicha en Madrid, como siempre, pero también en Zaragoza, en Palencia, en León, en París, en Nueva York...

Y sin embargo, tengo la sensación de que -sin querer estar ni mucho menos en la inopia- hay ganas de otras cosas. Y pido disculpas por citarnos a nosotros mismos, pero el pasado viernes en Mallorca lo pudimos comprobar. El programa que hicimos en el Palacio de Congresos de Palma, junto a un hospital de campaña preparado para el covid, terminó con el público en pie, con sus mascarillas, su distancia de seguridad... aplaudiendo a nosotros y nosotros a ellos desde el escenario. Fue un momento de comunión muy emotivo, la verdad.

Porque nosotros no somos los Rolling Stones. Simplemente compartimos una tarde de radio donde se habló de turismo, de economía, de filosofía, de Trump, donde se recogieron gazapos lingüísticos, se leyó poesía y se escuchó música en directo. O sea, nada extraordinario. Pero es eso precisamente, creo que fue eso, lo que activó las emociones, porque estamos todos con muchas ganas de recuperar esa normalidad que ni es nueva ni es extraña. Es simplemente la vida tal como la conocíamos. Me alegro de que la radio sirva también para eso, para crear vínculo, para generar complicidad, comunidad y -al menos en mi caso, se lo aseguro- para que nos sintamos enormemente útiles.