La mosca en la cabeza
"La mosca del debate no estuvo menos educada que el vicepresidente. No dio el coñazo. Y además acudió sola"
'La mosca en la cabeza', por Xoán Tallón
02:23
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1602415579_304939/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Galicia
Cuando vi la mosca posada sobre la cabeza del vicepresidente de los Estados Unidos, durante el debate electoral, me acordé de lo que decía el biólogo Ginés Morata: «Donde aparezca un cadáver, a los siete minutos exactos llega una mosca. Después aparece el forense, y a los doce minutos, la policía. En este orden». Por desgracia, nada de esto pasó en el debate; ni siquiera murió uno de los candidatos. Mike Pence estuvo educadísimo al no intentar acabar con la mosca. Pocas satisfacciones se equiparan a la de atrapar una. En Karate Kid, el profesor Miyagi intenta cazarlas con los palitos que usan los japoneses para comer. Al verlo, su discípulo, Daniel LaRusso, le pregunta si no sería más fácil con un cazamoscas. «Hombre que poder cazar mosca con palitos consigue lo que quiere», responde el Sr. Miyagi. La mosca del debate no estuvo menos educada que el vicepresidente. No dio el coñazo. Y además acudió sola. Hay un cuento de José Ángel Valente en el que un par de amigos se suben a un taxi, y descubren dos moscas en el interior, que, inopinadamente, se ponen a copular en la calva del taxista. Imaginen que pasa algo así en la cabeza de Pence. La derrota de Trump sería inevitable.