¿Cómo nacen los mitos?: "Muy pocos mitos pueden superar el filtro de una generación"

Madrid

El cómo algunas personas cruzan la delgada línea entre la fama y el mito sigue siendo 'un misterio' que no siempre es posible descifrar. 'El carisma es algo que no depende del carácter objetivo de la persona en sí, sino de su capacidad de conectar con el resto, que somos los que le atribuimos esa condición', nos ha contado en La Ventana, Jordi Busquet, profesor de Sociología de la Universidad Ramón Llull.

Autor del libro 'Los nuevos escenarios de la cultura en la era digital' donde analiza entre otras cosas el fenómeno fan y los ídolos mediáticos, Busquet cree que Maradona sí es de los pocos casos que han conseguido pasar el filtro de referente para más de una generación, aunque no signifique lo mismo para todas ellas.

'Es cierto que es un héroe que se convirtió en un símbolo para su país sobre todo por el famoso gol de la final contra Inglaterra en el Mundial de México. Su figura es paradigmática porque reúne un extraordinario talento profesional pero a la vez una humanidad cargada de defectos. En nuestra tradición católica se identifican los ídolos con la virtud, pero en la mitología griega los dioses también tienen un carácter muy humano y Maradona lo es. Y eso, el ser a la vez un símbolo pero también un ser humano cargado de defectos ha podido provocar que muchas personas se sientan identificadas con él en cierto modo'.

'Pese a ello probablemente su figura no se ve igual por las nuevas generaciones. Mi hija desde luego no comparte lo que Maradona significa para mi'. Y es que el mito para forjarse tiene que salvar océanos de distancia y también de tiempo. Y eso muy pocos lo logran. 

De lo que ninguno estamos inmunizados es de la posibilidad de acabar siendo integrantes del 'fenómeno fan'. 'Todos somos seres apasionados, a los que nos gustan distintas cosas, el cine, la literatura, el deporte, cada uno tiene sus gustos y en cualquier momento, aunque quizá con más intensidad en la adolescencia y juventud podemos caer en la admiración ante nuestros propios mitos particulares', resume Busquet.