'El Bosque Sonoro': música entre árboles junto a un río para luchar contra la despoblación y la deforestación
Los vecinos de Mozota, un pequeño pueblo de Zaragoza, aprovecharon el cierre perimetral para limpiar un sendero al que no se podía acceder y recuperar un parque natural donde ahora juegan los niños y donde este verano volverá a sonar la música
Este año, El Bosque Sonoro hará dos ciclos de conciertos, en julio y en septiembre, e Iván Ferreiro es el primer artista que se ha anunciado. Pronto se conocerá el resto de la programación
Madrid
Cuando hablamos con León Benavente hace tiempo y les pedimos que trazaran su mapa sonoro, una parada obligada recayó en Mozota (Zaragoza). El grupo pasa algunas temporadas allí, trabajando en el estudio de grabación que Eduardo Baos, el bajista de la banda, tiene en su casa. Él se encuentra entre la veintena de jóvenes que viven en el pueblo, donde residen unas 50 ó 60 personas en invierno y unos 120 en verano. "Más de la mitad son abuelicos y el resto son parejas jóvenes que han ido viniendo al pueblo desde los últimos seis años y algún joven más que ya era de aquí. Estamos haciendo un grupito de amigos muy majo", cuenta Víctor Domínguez, otro de los jóvenes que vive en Mozota y que ahora dirige El Bosque Sonoro, un proyecto tiene tres objetivos claros: preservar el entorno, evitar la despoblación y apoyar al tejido cultural.
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Todo empezó tras salir del confinamiento domiciliario, en junio del año pasado, cuando todavía no se podía salir del municipio pero sí de casa: "Un chico de Mozota de toda la vida y nos habló de la única zona donde tenemos árboles del pueblo, porque es una zona muy árida, donde iban a jugar de pequeños. Estaba un poco abandonado porque las zarzas se habían comido el acceso porque ya no se sacan las ovejas y entonces ya no limpian el terreno. Entonces nos pusimos a desbrozar, a limpiar. Cruzamos el río y encontramos una chopera súper bonita, con unos campos alrededor preciosos. Todo sin más interés que pasarlo bien y disfrutar de hacer un parque para para el pueblo, que necesitábamos y más en estos momentos de confinamiento perimetral. A partir de ahí lo que pasó es que nos fuimos animando, la gente nos fue dando su apoyo y de repente apareció la posibilidad de comprar un campo de al lado que es el campo donde se realizan los conciertos y, dijimos bueno, vamos a vamos a hacerlo", recuerda Víctor. Allí, entre árboles y un río, tocaron en septiembre del año pasado León Benavente, Coque Malla y Stay Homas, entre otros, pero lo más importante es que ahora, gracias al trabajo de los vecinos, durante todo el año puede disfrutar cualquiera de ese entorno oculto por la maleza hasta entonces.
Pese a lo que cabe esperar, el nombre de El Bosque Sonoro no viene de la música: "Cuando estábamos ahí, trabajando con las zarzas, no decíamos absolutamente nada. Estábamos tan emocionados... Llegábamos a las ocho de la mañana, nos poníamos a limpiar, a currar, a quitar plásticos y acabamos a las dos de la tarde mirándonos y diciendo "vamos a comer". Y en todo ese proceso lo único que oíamos eran los pajaritos y los ruidos de las hojas, y ese sonido fue el que nos inspiró y por lo que acabamos llamando al proyecto así".
¡Se podrá bailar!
Este año pasado no habrá conciertos solo en septiembre, también sonará la música en julio y a lo largo de este mes de abril se irá conociendo el cartel completo. De momento, solo se ha desvelado la actuación de Iván Ferreiro el domingo 4 de julio. la otra novedad respecto a la primera edición es que este verano se podrá bailar: "Vamos a hacer zonas delimitadas para que la gente pueda venir en grupo a ver el concierto y estar de pie como se hacía antes, con las mascarillas, con las distancias de seguridad, pero zonas delimitadas con cuerdas y con catenarias rurales hechas con sogas y estacas y una barrita en un lateral para servir la bebida", detalla Víctor. Mediante una app se podrá pedir lo que se desea consumir y así se evitarán desplazamientos innecesarios.
Un crédito entre varios vecinos
La primera edición fue todo un éxito, tanto de crítica como de público, principalmente aragonés: "Tal vez la única pega es que no hubo apoyo por parte de instituciones, siendo el único evento que se realizó en Aragón de estas características. Un evento de este tamaño, con esta estructura, fue 100% privado. Hemos pedido un crédito entre varios vecinos para poder pagarlo", explica Víctor, convencido en que esta edición será todavía mejor.
Reforestación
En Mozota no ha habido la explosión del ladrillo. Allí no se han hecho adosados y eso hace que el pueblo mantenga esa belleza tradicional, con los campos abiertos. En su paisaje no se divisan muchos árboles por eso fue tan emocionante descubrir ese vergel junto a la ribera del río con chopos y olmos. "Queremos empezar a plantar, que esto sea cada vez más y más verde. Y de alguna manera, al estar haciendo este tipo de actividades allí, devolvérselas a la tierra plantando árboles", cuenta Víctor, por lo que parte de la entrada irá a plantar árboles a diferentes partes del planeta. De momento ya han plantado 230.
"Nuestro objetivo es conseguir que este lugar sea un espacio de uso común, como está lo es, porque la gente ya está yendo ahí a disfrutar en cualquier día con los niños, y conseguir hacer un parque para el pueblo pequeñito. Que esto siga siendo la Mozote de siempre, pero que de vez en cuando, una o dos veces al año, pues se escuche música y todo el mundo sea un poquito más feliz". El evento que todos necesitamos en un momento como este y que tiene intención de quedarse para siempre.
Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...