Inteligencia política

Madrid

Oriol Junqueras renuncia a la vía unilateral, es decir, a intentar la independencia por las bravas, y apoya los indultos. Junqueras, el líder del único de los actuales partidos que es históricamente independentista en Cataluña, habla desde la cárcel donde lleva tres años y medio por los hechos del otoño del 17. El titular informativo lo llevan escuchando ustedes todo el día. Y conviene detenerse en él y ponerlo en perspectiva. Llevamos muchos años ya de tensión con el conflicto catalán. Mucho tiempo esperando leer algo como lo que Junqueras publica hoy en un artículo remitido al diario Ara y a La Sexta. Que la única vía es el pacto, porque las demás son inviables, que lo que hicieron los independistas en 2017 carecía de legitimidad para una parte importante de la sociedad, también la catalana, y que bienvenidos sean los indultos si alivian el sufrimiento. Naturalmente, Junqueras no renuncia a la independencia pero, asegura que aspira a ella a través de un referéndum pactado. En definitiva, en este artículo, Junqueras se deshace de Puigdemont y de su apuesta por la confrontación permanente y la ruptura.

La tribuna, el artículo se publicaba justo cuando el presidente del gobierno español, el president catalán y la patronal catalana de Fomento del Trabajo compartían un acto en Barcelona, donde la palabra más utilizada ha sido "diálogo".

Estamos todos muy escamados ya de las palabras, de las grandes palabras y de las buenas intenciones, pero no tenemos más salida que valorar los avances y apostar por ir recuperando poco a poco la normalidad. Es estratégico para España e imprescindible para los catalanes. ¿Y el paso de Junqueras resuelve el problema? En absoluto, el problema sigue ahí, pero es un paso.

La reacción en la derecha española ha sido la típica de quien no quiere que la realidad le arruine el lema de la pancarta que va a agitar este domingo. Da igual lo que pase, da igual lo que se diga, lo que se haga. Cree que la tensión territorial le favorece electoralmente y, como Puigdemont, se niega a considerar cualquier cambio, cualquier gesto, cualquier movimiento que desactive esa tensión. Tenemos que concluir que la derecha española y una parte del independentismo derecha se necesitan para reafirmarse mutuamente. Pero lo que necesita este país es otra cosa, es inteligencia política para reconstruirnos juntos después de todas las crisis -económica, sanitaria, territorial- que estamos soportando.